'Golgota Picnic', el 'Cristo' de Rodrigo García



"Hace mucho tiempo que me interesaba la Biblia como literatura y como fábula bellísima, con ese despliegue de imaginación, con su locura de demonios y ángeles. Y también con su lado ético, encarnado en Cristo y en su intento de llevar a la sociedad una doctrina del amor, cuando resulta tan difícil que vivamos juntos y en paz". El dramaturgo, director y escenógrafo Rodrigo García explica así de donde nace Golgota Picnic, montaje con el que debuta en el Centro Dramático Nacional (CDN), después de una larga carrera por teatros nacionales de medio mundo.

Gerardo Vera, director del CDN, consagra así la apuesta de García, nacido en Buenos Aires, pero que ha desarrollado su carrera teatral en España a través de su compañía La Carnicería. Conocido por sus apuestas radicales, por el uso de animales y por enfrentar al espectador con los fantasmas de la sociedad de consumo a través de la tensión, García ha ido creando a lo largo de dos décadas una apuesta personal que se aleja del teatro tradicional.

"No puedo hacer una obra desde el punto de vista histórico. No soy la persona indicada ni tampoco me interesa. Mis obras hablan de lo que me pasa a mí en la sociedad que me toca vivir. Cuando tomo un elemento externo, como en este caso, es un pretexto para irme y tratar de lo que me interesa. En el caso de la Biblia, es muy fácil, pues aquí está todo: si estoy preocupado por la muerte, ahí está; si estoy preocupado por la guerra, el amor o la incomprensión, también están...", explica García.

La escenografía, compuesta por miles de bollos de hamburguesa, es una referencia al milagro de la multiplicación de los panes y los peces, pero también a la comida basura.

Este atrezzo, junto con la iluminación de Carlos Marquerie, las videoproyecciones, el trabajo escénico de los actores y la música de Haydn (en concreto, Las siete últimas palabras de Cristo) componen la parte formal de Gólgota picnic. El maestro italiano Marino Formenti se encarga de interpretar, desnudo, la pieza del compositor austriaco. Algo que a él no le importa, ya que "cuando tocas el piano, siempre estás desnudo".

Fuente: Darío Prieto (www.elmundo.es)

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