La Cuarta Pared propone buscar la felicidad


El jardín de las delicias es una obra de teatro sobre "la evolución más allá del simple hecho de ser personas". Así la define la directora del montaje, Rosario Ruiz Rodgers, quién añade que tiene un "mensaje de esperanza grandioso, cuando trabajamos y nos comprometemos con la sociedad". Durante dos semanas se presentará esta pieza de Fernando Arrabal en la Sala Cuarta Pared, producida por Proyecto Bufo y Curtidores de Teatro y protagonizada por Angels Jiménez, Arturo Bernal, Mercé Rovira y Carlos Domingo.

Arrabal comenzó a escribirla en la cárcel y, confiesa, la ha visto pocas veces: "Nunca en español", aclara sin esconder la emoción que lo embarga durante estos días que visita Madrid para asistir a la representación de su propia pieza. Así, será la primera vez que el dramaturgo pueda apreciar la puesta en escena en su lengua materna.

Como buena muestra del Teatro Pánico, cofundado por el autor, Arrabal afirma que con su creación no ha querido decir nada en especial, y añade que "teniendo en cuenta dónde la escribí, que me dijera algo a mí mismo ya era un éxito". Para el ganador del Premio Nacional de Teatro 2001, los creadores no quieren decir nada en específico, sólo tratan de "hacer las cosas bien y, en especial, de la forma más sincera posible".

La propuesta es una representación libre en donde todos los instrumentos se superponen: danza, canto, movimiento físico de los actores, comunicación audiovisual y plástica.Intensidad a tope para mostrar una necesidad propia de la humanidad: ser felices. Y la legítima búsqueda de la felicidad en nosotros mismos. La representación se propone violenta, pero a partir de palabras justificadas y transiciones claras. "Lo más difícil del montaje fue entender su veracidad, justificar cada palabra pronunciada por cada personaje", explica Ruiz Rodgers. "Es una pieza caótica en el buen sentido de la palabra. Pero aunque visualmente se aprecie así, hay que organizarla para darle sentido y liberarla con acierto", agrega la directora.

El argumento de El jardín de las delicias no es sencillo. Lais (Angels Jiménez) es una actriz retirada que vive con nueve ovejas y Zenón(Arturo Bernal), un hombre lobo enamorado de ella. Pero Lais tiene por delante el reto de contar su vida y encarar momentos inundados de angustia. En su viaje interno conoce al mago Teloc (Carlos Domingo) y se reencuentra con Miharca (Mercé Rovira), a quien conoció durante su infancia en un internado de monjas. Las situaciones transcurren, sujetas al texto metafórico de Arrabal, en una sinergia intercalada: el juego, la magia, el sueño, el terror.

Rosario Ruiz Rodges ha dirigido Divinas Palabras, de Ramón del Valle Inclán, cofundó y fue directora adjunta de la Fundación Teatro de La Abadía, Premio Nacional de Teatro del Ministerio de la Cultura, y fue gerente en gira y responsable artístico de Impresión de Don Quijote, del Teatro Negro de Praga. Además, ideó y ejecutó el Espacio teatral Curtidores de Teatro, el cual dirige en la actualidad. La lista de sus premios también es larga, su montaje de Entremeses de Cervantes ganó el Premio Ercilla a la Mejor Creación Escénica y El Señor Puntila y su criado Matti se llevó el premio La Celestina de la Crítica de Madrid, el premio de la Generalitat Valencia al Mejor Espectáculo y muchos más.

Fuente: Isaura G. Fontcuberta (www.elmundo.es)

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