Aída Gómez encuentra techo


Después de 30 años de carrera que abarcan el puesto de primera bailarina del Ballet Nacional de España y posteriormente el de directora de la institución, la participación como artista invitada en la compañía de Joaquín Cortés y, desde hace doce años, la creación de su propio grupo de danza, Aída Gómez por fin tiene local de ensayo: el teatro Mira de Pozuelo de Alarcón, en Madrid. El vicepresidente y consejero de Cultura y Deporte de la Comunidad, Ignacio González, junto con la alcaldesa de Pozuelo, Paloma Adrados, anunció el pasado día 20 que otorgaba esta residencia, la octava de toda la región, como parte de un proyecto dotado de 2.683.000 euros repartidos entre 2004 y 2012 para promocionar el arte coreográfico. A pesar de la avalancha de recortes que ha sumido a la cultura española en el hoyo de la desesperanza, parece que todavía queda una mínima rendija por la que se filtra la luz.

“No sabía lo que es tener un lugar estable donde ensayar”, dice una emocionada Gómez. “Todavía no me creo que no vaya a tener que pedir prestado un espacio y que pueda ensayar sin horarios, hasta que el cuerpo aguante. Ya se me caía la cara de vergüenza de tener que pedir prestado un estudio, y si encima me decían que podía ensayar de 9 a 2, me tenía que buscar otra cosa para por la tarde”, cuenta la bailarina y coreógrafa de danza española, que en estos momentos se encuentra preparando una gira mundial y un espectáculo para Suma Flamenca, el festival de flamenco de la Comunidad de Madrid.

Como pago por el espacio, que la compañía podrá utilizar siempre y cuando el teatro no esté ocupado, y donde también habrá hueco para su oficina, se podrá ver a los 20 bailarines de la agrupación en pleno entrenamiento. “Mi deseo es que haya unos ensayos a puertas abiertas, aunque no todos los días, porque si no sería difícil trabajar”, asegura. “Pero yo estoy encantada con todo lo que sea acercar la danza y mostrar el trabajo de un bailarín, que el público pueda ver las veces que se tienen que repetir las cosas para que al final queden bien”. Además, la compañía ofrecerá una representación de entrada libre al año y durante todo el mes de junio, Gómez dirigirá un curso de baile. “Lo propuse a la concejala de Pozuelo, porque apenas hay proyectos así; será algo para todas las edades, gratis y para fomentar la danza española”.

La elección de esta compañía responde a que, tras el nombre de Aída Gómez, "hay una trayectoria y un nombre, además de premios [como el Premio Nacional de Danza de 2004 o el de Cultura de 2008 de la Comunidad de Madrid] y el paso por compañías importantes", apuntan desde el Ayuntamiento de Pozuelo. "Con este programa lo que quiere la Comunidad es descentralizar la cultura y permitir que los grandes pueblos de la Comunidad de Madrid sean focos culturales que contribuyan a hacer de Madrid una región de atractivo cultural para toda España y para todo el mundo", señaló el vicepresidente y consejero de Cultura regional durante la presentación.

Además de haber encontrado un sitio donde preparar su trabajo, la compañía ha dado así también con una vía para retroalimentarse con su audiencia. “Todo lo que sea comunicación con el público es bienvenido”, señala Gómez. ¿Y cómo cree que será recibida una compañía de danza, un arte minoritario? “Si tú le das calidad, el público responde”, apunta la bailarina. “Cuando te pasas dos horas rebosando emoción, la gente se entrega”.

De no haber sido por esta residencia, Gómez y su compañía seguirían dando tumbos de estudio a estudio. La perspectiva desde luego no habría sido halagüeña, aunque tampoco habría acabado con ellos. “Esta carrera es muy solitaria, pero yo soy una persona muy valiente: soy empresaria y además muevo a 20 bailarines”, explica. “Si te apoyan, estupendo; pero si no, se va a hacer igual. De las crisis salen cosas valiosas y, además, los artistas siempre vivimos en crisis”.

Fuente: Sílvia Hernando (www.elpais.com)

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