Se abre el telón y aparece DSK



En la Comédie de los Campos Elíseos se abre el telón. Sobre la escena, un hombre blanco, rico y poderoso es acusado de agresión sexual por una camarera de hotel de raza negra. La trama transcurre en Nueva York. "Es un enorme cúmulo de coincidencias, pero la obra no se programó para evocar el escándalo de Strauss Kahn y no se va a retirar por eso".
Aunque Stéphanie Fagadau, directora de la Comédie de los Campos Elíseos, niega la relación entre la obra teatral recién estrenada Race (raza en francés) y el caso Sofitel, lo cierto es que todos los elementos de la pieza remiten al escándalo sexual que provocó la dimisión del que hasta entonces era uno de los franceses más reputados en la escena internacional, Dominique Strauss Kahn.
Como en la trama de Race, y aunque suene a 'déjà vu', el francés –entonces el 'poderoso' director del Fondo Monetario Internacional- fue arrestado en Nueva York en mayo del año pasado acusado de violación por una camarera de hotel también de raza negra llamada Naffisatou Diallo.
Los encargados de adaptar la pieza escrita por el americano David Mamet a la escena parisina insisten en que cualquier parecido de la ficción con la realidad es pura coincidencia. "La obra ya se ha representado más de 300 veces, mucho antes del affaire DSK", ha señalado al diario Le Figaro Pierre Laville, coproductor de la obra.

Parecidos 'inquietantes'

La trama de la pieza fue ideada por Mamet mucho antes de la detención de DSK y ha sido representada en Broadway desde noviembre de 2009 hasta septiembre de 2010. Los responsables de la obra descartan también que el libreto haya sido readaptado oportunamente para un público francés. "Todo parecido con los personajes o de las situaciones existentes con la realidad es fortuito", insisten los productores.
En las tablas son Yvan Attal, Alex Descas, Sara Martins y Thibault de Montalembert los encargados de encarnar a los personajes. Para Laville, que sí admite que las coincidencias con el caso Sofitel son "inquietantes", la historia real y la ficción sólo comparten el punto de partida: "Un hombre rico y poderoso es acusado de haber violado a mujer joven y negra. Eso es todo", dice el francés.
A partir de ahí la trama argumental de desarrolla como un thriller de acción: el DSK de Race tratará de defenderse de las acusaciones de la joven camarera de hotel gracias a la pericia de sus dos abogados –uno blanco (Yvan Attal) y otro de raza negra (Alex Decas)-. En la versión teatral, son los dos letrados los verdaderos protagonistas.
Si el perfil de los personajes es similar a los reales, y también el espacio y el tiempo, la temática que trasciende es igualmente evocadora. Según sus productores, la justicia es el debate central de Race. Para Attal, "la obra habla sobre todo de la discriminación y de la paranoia cuando se habla de la diferencia entre razas y de las relaciones entre hombres y mujeres".
Fuente: Raquel Villaécija (www.elmundo.es)

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