El Teatro del Elfo trae a Madrid ‘Angels in América’



Conmovedora, épica, sensorialmente grandiosa, una ópera coral de nuestra época. De la versión de Angels in America del Teatro del Elfo milanés, dirigido por sus emblemáticos Ferdinando Bruni y Elio di Capitani, se han dicho todos los elogios posibles. Y por fin llega al público español tras varios intentos gracias al patrocinio del Instituto Italiano de Cultura.
Cuando Tony Kushner empezó a escribir la primera parte de Angels in America no podía ni soñar la trascendencia y el fondo de su pieza, que estaba redactando con la rabia contenida y explícita a la vez del judío homosexual acosado por los primeros devastadores tiempos del sida en Nueva York. Obra comprometida que no se calla nada y ahonda en la hipocresía de la sociedad contemporánea frente a la pandemia,Angels… ha sido un éxito primero en el teatro estadounidense, premiado tanto en la versión teatral como en la televisiva (en 1993 Premio Pulitzer, dos Premios Tony, cinco Globos de Oro y 11 estatuillas Emmy). Con toda probabilidad, Angels in America en la traducción italiana de Bruni para el Teatro del Elfo, sea la más completa y ambiciosa de cuantos montajes se han visto del prismático texto.
El autor, Tony Kushner, pinta un retrato extraordinario del Nueva York de los años 80 del siglo pasado, siempre febril y como receptáculo de las preocupaciones de una época que abarca también hasta el día de hoy: el sida se convierte en una metáfora de la incertidumbre generalizada, de la crisis de las identidades étnicas, sexuales y religiosas, de la desintegración social y política de toda una generación y aún más lejos. En una histórica entrevista a Roberto Festa, Kushner ha dicho: “Escribo para decir la verdad del modo en que veo y entiendo el mundo. No me interesa enmascarar nada. Si después resulto desagradable, mejor así. Una cierta incomodidad es la prueba de que una obra de arte funciona. No asistimos a ver Medea para sentirnos mejor”.
La primera parte: Se acerca el milenio en la versión de Teatro del Elfo ideada por Bruni y Capitani, ha ganado los principales premios de teatro italiano, el resultado es provocativo y conmovedor, terrible y magnífico en su factura. En un espacio casi vacío, animado por proyecciones imaginativas, toman forma los conflictos de dos parejas: la homosexual de Prior Walter, enfermo de sida, y Louis Ironson y la de los cónyuges Pitt, un abogado mormón y su joven esposa deprimida.
Sus historias se entrelazan a la de Roy Cohn, sórdido abogado protegido del senador McCarthy, y Belize, enfermero y ex travesti: todos son arquetípicos de la variopinta Gran Manzana, como emblemas actuales y universales de una humanidad que sufre una compleja mezcla de incomprensión e indiferencia.
En la segunda parte de Angels... titulada Perestroika, se retrata el descenso: es la vorágine de la América de Reagan, un Nueva York agitado donde los personajes de la primera parte evolucionan: Prior Walter, solo y enfermo de sida, y Louis, su ex novio, ahora amante del abogado Joe Pitt; la joven esposa de este último, que, presa de la depresión, se construye una identidad imaginaria, y su suegra Hannah, rígida mormona obligada a ampliar sus propias miras, una especie de huida hacia delante.
Mientras tanto el sida ha afectado también a Roy Cohn, el abogado corrupto, realmente culpable de haber enviado a la muerte a los cónyuges Rosenberg durante la era McCarthy. Con la presión de la muerte, sus sueños están llenos de pesadillas y de fantasmas: será sólo la aparición de su víctima más famosa, Ethel Rosenberg, la que lo acompañará hasta el final.
Este es el tremendo argumento de Angels…. Elio de Capitani ha dicho recientemente: “La casualidad ha querido--con gran alegría por nuestra parte- que se cierre precisamente en Madrid el hermoso viaje de Angels in America, espectáculo que Ferdinando Bruni y yo, directores artísticos del Teatro del Elfo, hemos puesto en escena hace cinco años. Tengo que agradecerle a Carmelo Di Gennaro que no se ha rendido ante nada con tal de conseguir traer a España esta Divina Comedia de nuestros años laicos y atormentados”.
Fuente: Roger Salas (www.elpais.com)

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