Todos somos Hamlet


La premisa está clara: Hamlet estaba de actualidad en el año 1600 y lo sigue estando hoy. La tragedia de William Shakespeare habla de políticos que no dudan en arrasar a su paso para obtener el poder, de príncipes a los que cuesta reaccionar y tomar la iniciativa... El dilema del 'ser o no ser'. Alberto San Juan y Pedro Casablanc abordan un texto mítico con la convicción de que lo que recitan habla de nosotros. Hoy. Aquí y ahora. "Ahora mismo, el conjunto de la ciudadanía es Hamlet. Vive un conflicto entre seguir soportando que nos machaquen sin reaccionar por miedo a que nos hagan algo peor o decidir que ya está bien, que vamos a rebelarnos, que vamos a ser", cuenta San Juan, que interpreta al príncipe de Dinamarca.


La oposición moral en las tablas se la da Casablanc, convertido en Rey Claudio, "un personaje que ha tomado una opción difícil: sabe cómo sacar a su país de una crisis, pero ha matado al rey anterior, su hermano, para intentarlo". "El mensaje está enfocado hacia cualquier político actual: con ambición y sin escrúpulos. La política está tan degenerada... Actúan de una forma tan interesada y tan poco oculta, además. Claudio podría ser cualquiera de ellos", dice el actor.
Cada tarde en el Matadero lidian con uno de los textos más universales de la dramaturgia. Y, paradojas de la interpretación, nunca en su carrera se habían visto con él. "Los textos de Shakespeare han sido muy olvidados en España. Hay muchos que no se han hecho nunca y cosas como Otello, que prácticamente no se han visto. Y son muy necesarias porque tiene tal cantidad de información y los personajes pasan por tantos estados que no es como otros textos contemporáneos donde los conflictos se reducen a cosas cotidianas. Shakespeare abarca la filosofía, la trascendencia del hombre en el universo", reflexiona Casablanc.
Reconocen que el reto no es fácil. Y cada uno lo afronta a su manera. Casablanc, empapándose de lo que hacen "los buenos, los que saben". Alberto San Juan, abstrayéndose y sin querer ver nada anterior. "Yo sí que miro lo que han hecho los que saben hacerlo bien. Siempre he tenido como referente el trabajo de los actores ingleses, que conocen muy bien a su poeta nacional porque lo tiene como asignatura desde que van al colegio. Luego, puedes copiar o no pero sí sirve como guía. Hay que aprender de los maestros", explica Casablanc.
Su compañero discrepa: "Para poder meterte en Hamlet tienes que liberarte de todos los prejuicios e ideas preconcebidas que tenemos. En la preparación no he visto ningún Hamlet. Luego, una vez que hemos estrenado, he visto alguna versión, una con Richard Burton, por ejemplo".
Los dos llevan meses centrados en el teatro. Casablanc viene de José K Torturado y preparará después Babel: "El mundo del cine y la televisión está bastante parado. Tengo una serie hecha y archivada que no se sabe si se estrenará, pero siempre nos quedará el teatro". "La diferencia es que en teatro participo en generar los proyectos en los que trabajo y en el cine y la televisión sólo trabajo si me llaman", añade San Juan, que, secretos de bastidores, arrastra una lesión desde el día del ensayo general. La cojera de su Hamlet no es casual.
Fuente: Raquel Quílez (www.elmundo.es)

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