Un habitáculo para el sexo

La pieza Love box 50 es una novedosa propuesta coreográfica basada en un prototipo de "habitáculo" que la arquitecta belga Marie Cristine to Sens presentó en la 7ª Bienal de Venecia de Arquitectura. Se trata de un curioso pero eficaz prototipo llevado adelante con este nombre genérico: love box, formulación de un equipamiento público al servicio de lo "intimo" y entendido como un refugio para la pausa. El proyecto propone, en principio, reunir en un espacio de solamente 36 metros cuadrados todas las comodidades que el acto sexual fuera del domicilio requiere. Lo más cercano serían esos hoteles nichos que tan famosos se hicieron en Tokio y otras urbes del Japón desde los años setenta del siglo pasado. Pero esta vez, no es un sitio para dormir precisamente.

En este moderno sitio, y durante los 50 minutos que dura la performance, podemos desatar nuestros deseos: amar, dormir, escapar, soñar, reír, hasta morir... En palabras de sus creadores, un “universo de vivencias, una tarjeta que abre la puerta a esta locura urbana que, ubicada en cualquier lugar y gracias al material reflectante utilizado en sus paredes externas, puede mimetizarse con el paisaje”. La obra cuenta con una composición (prefieren no usar la palabra coreografía) de José Reches, que desarrolló gran parte de su carrera como bailarín en la compañía 10 & 10 Danza y ahora se dedica básicamente a la didáctica y a la creación; además colabora la maestra Cristian Tanguay y el vestuario ha sido encomendado a la firma La Piel.
Love Box es parte de una tangente programación, el V Ciclo Puente Aéreo, que la sala DT saca adelante y donde no faltan propuestas que atacan la línea de flotación del género danza como tal, en una intencionada búsqueda de los lenguajes de contaminación y exposición de la materia experimental. Ya en su momento la propuesta vista en la Bienal de Venecia dejó comentarios que iban de lo jocoso a la admiración pasando por el pasmo.
Fuente: Roger Salas (www.elpais.com)

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