Carmen Machi: "Abordo la comedia desde el drama"


Font: Carmen R. Santos (www.abc.es)

Cuando ¿Quién teme a Virginia Woolf? se representó en el Teatro Romea de Barcelona tuvo una espectadora de excepción: Carmen Machi. La actriz confiesa que le encantó. En ese momento, todavía no sabía que poco después daría vida a Martha, en el montaje que ahora llega a Madrid, desde el 11 de septiembre al 12 de octubre en La Latina, en un montaje dirigido por Daniel Veronese.
¿Cómo definiría a su personaje?
Me fascina. Martha es en apariencia una cosa y en la capa de abajo otra. Tiene más de 50 años y está llena de frustraciones en todos los sentidos. Es alcohólica, soez y vulgar. Pero también es ingeniosa, maneja a la perfección la ironía y tiene un gran sentido del humor, como demuestra en este combate feroz. Mantiene una relación de amor-odio, no sólo con su marido, sino en general con los hombres. En esto se refleja el mismo tipo de relación que Albee tenía con las mujeres, muy compleja, empezando por su madre adoptiva.
¿Cree que en Martha hay ecos de Lady Macbeth?
Sin duda. Albee bebe de los clásicos. La ambición es seña de identidad de Martha, pero quiere conseguir todo a través de otros. Aspira a ser la hija del mejor, la mujer del mejor, la madre del mejor. Le reprocha a su marido que no sea tan ambicioso como ella, que no tenga agallas, que no sea capaz hasta de matar por un ascenso.
¿Por qué Martha y George no se divorcian?
-No podrían. Tienen a sus espaldas una convivencia de más de 25 años. Se conocen muy bien, se quieren y se admiran, sobre todo en su capacidad de sufrir, de recuperarse, de volver a sufrir. El espectáculo que montan ante el matrimonio que va a visitarles -que son espectadores de su pelea, como los que están en el patio de butacas- lo hacen cada sábado. Luego, el domingo se acuestan juntos y seguirán así el resto de su vida. Además, les aterra la soledad y prefieren estar mal acompañados que solos.
¿Ha visto la película con Elizabeth Taylor en el papel de Martha?
Sí, pero hace tiempo. Creo, no obstante, que el filme de Mike Nichols y la obra teatral tienen diferencias. Sobre todo en cuanto a que el primero se centra más en la parcela del dolor y en la furia, mientras que la obra acentúa, sin olvidar lo anterior, la parte de pelea intelectual, de juego, con no poco de cruel, en el que los dos, en realidad, se lo pasan bien. Claro que el problema es que se les escapa de las manos. En este sentido, pienso que la pieza de Albee tiene más matices que la película, que Veronese mantiene, e incluso acentúa, en esta puesta en escena.
¿Cómo ha sido su experiencia con Veronese?
Estupenda. Hasta ahora no había tenido ocasión de trabajar con él, pero espero que podamos repetir. Es muy respetuoso con los actores, te deja libertad pero, a la vez, sientes que se está muy conectado. Su estilo de no querer que se note que se está haciendo teatro me parece magnífico, con los personajes que se pisan mutuamente cuando hablan, como en la vida. Creo que ha conseguido una partitura perfecta.
¿Dónde se siente más cómoda en el drama o en la comedia?
Bueno, me da igual. Lo importante es que la obra y el personaje sean potentes y tengan verdad. La comedia es más difícil. Al espectador le cuesta menos reírse que llorar. No obstante, yo me lo paso muy bien haciendo drama, hasta el punto de que abordo la comedia desde el drama.

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