Alfonso Zurro traslada al siglo XXI las andanzas de 'El buscón' de Quevedo



Fuente: Margot Molina (elpais.com)
Alfonso Zurro ha creado una máquina del tiempo para trasladar al siglo XXI a los pícaros que tan bien retrató Quevedo en su novela La vida del Buscón. Los personajes alternan las andanzas de Pablos en 1626, tal y como las retrató Quevedo, con las aventuras que vive el mismo pícaro en nuestros días, gracias a la versión de Zurro. El Buscón, que podrá verse en el Teatro Lope de Vega de Sevilla desde el 4 al 7 de octubre, es una producción de la compañía Teatro Clásico de Sevilla en la que siete actores encarnan a 59 personajes.
“La obra está compuesta por una treintena de historias que se suceden de forma trepidante en escena. 15 son de El Buscón de Quevedo y el resto, retratan a los buscones de hoy en día a partir de una idea o una frase de la novela”, explicó este miércoles el director de escena y dramaturgo Alfonso Zurro.
El montaje, que se estrenó el pasado 8 de junio en Granada y ha pasado por los grandes festivales de la escena nacional entre ellos el de Teatro Clásico de Almagro, inicia ahora una gira que lo llevará por escenarios españoles y extranjeros.
“Elegimos al Buscón con una prueba para ver su habilidad para cambiar de traje”, bromea Zurro, fundador y director de La Jácara, al presentar a Pablo Gómez-Pando, el actor sevillano que protagoniza el montaje. Su personaje, Pablos, está todo el tiempo en escena y sale con 30 atuendos distintos.
“Sevilla era la capital de la busconería en el España del siglo XVII y sigue siéndolo. El personaje de Quevedo acaba en Sevilla dedicado al negocio de dar puñaladas por cuenta ajena, pero comete un asesinato. La novela termina con Pablos refugiado en una iglesia y preparando su huida a América. Quevedo tenía previsto escribir una segunda parte de la novela pero nunca lo hizo”, aclara Zurro, quien también dirigió para Teatro Clásico de Sevilla una versión de Carmen en 2010.
Manuel Monteagudo, Mari Paz Sayagos, Juan Motilla, Antonio Campos, Paqui Montolla y Manuel Rodríguez interpretan nada menos que a 58 personajes, ya que Pablo Gómez-Pando solo encarna al Buscón.
Para su director, la vigencia de este clásico, que Quevedo escribió en clave de comedia, radica en su capacidad de conectar con los valores universales del ser humano. “Es el propio espectador el que hace que la obra sea contemporánea”, concluye Zurro.

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