“La subida del IVA está arruinando la taquilla”

Fuente: Amelia Castilla (elpais.com)

Conocía el nombre de María Moliner (Paniza, Zaragoza, 1900-Madrid, 1981) de verlo impreso en los dos tomos del Diccionario de uso del español que guarda con mimo en su casa de Barcelona. Vicky Peña lo consulta con frecuencia. “Su autora supo separar el grano de la paja y construir un mundo con palabras. Es rico, prolijo y muy ajustado, pero hasta ahora no tenía ni idea de la envergadura del personaje que lo escribió”, cuenta Vicky Peña, en el madrileño Café Central. Ha elegido personalmente el local como un sitio tranquilo para la charla, pero esta tarde parece que en este templo del jazz se celebre una convención. Aquí al lado, en el Teatro Español, la actriz rompió la taquilla con su representación de Blanche DuBois en Un tranvía llamado deseo y como la esposa devoradora y vengativa en Follies. Ahora protagoniza El Diccionario, basada en la historia de María Moliner, primera mujer candidata a la Academia de la Lengua, que se representa en el teatro de La Abadía.
Cada tarde, tocada con una peluca con el pelo recogido en un moño, Vicky Peña desgrana la historia de la mujer que creó un diccionario que corregía el de la Academia y trazó el plan de bibliotecas del Estado durante la Segunda República, al tiempo que zurcía calcetines para sus cuatro hijos. “Me gusta que la obra focalice la enfermedad que le iba robando las palabras o las dificultades que tuvieron, tanto ella como su esposo, en los años del franquismo y que resalte también las dificultades que ocasionaba su trabajo en la vida de la familia”, añade.
En su faceta de actriz, interpretar el personaje de María Moliner le obliga a contenerse para que sus discursos no resulten “demasiado adoctrinantes o plomizos”. Pero se rinde ante el personaje y lo que representa porque la lengua, dice, nos articula como sociedad. Personalmente considera los diccionarios como instrumentos “maravillosos”. Su padre los tenía en ruso y otras lenguas. “De niña me gustaba buscar una palabra y ver cómo se escribía en otros idiomas; luego, con mis hijos cuando eran niños y preguntaban por el significado de alguna palabra, primero les contaba su sentido y luego mirábamos lo que decía el diccionario”.
Tras hora y media de intensidad dramática interpretando a la diccionarista, Peña recibe cada noche el aplauso unánime de un público que bien podría parecer sacado de los años de la Institución Libre de Enseñanza. “El aplauso es un lujo. Durante la representación interpretas a tu personaje, pero cuando acaba la función miras por primera vez las caras de la gente”. En ese instante en que deja atrás a María Moliner para recuperar a Vicky Peña, siente que la ovación no es precisamente para salir al paso. “Se nota cuando los aplausos son reales o de compromiso”, dice. Todavía no sabe si El Diccionario girará por provincias. “Los tiempos son complicados y se contrata poco. La subida del IVA está arruinando la taquilla y eso, sumado a otras políticas represivas de este Gobierno, está haciendo mucho daño al mundo de la cultura. ¡Una pena! contamos con mucho talento y buenos equipos”. Actriz de teatro, televisión, cine y doblaje, ha conseguido todos los premios posibles pero ella aspira a “seguir creciendo y a participar con grupos creativos”.
Seguramente se trate de una de nuestras mejores actrices, pero esta tarde se mueve entre las mesas del café sin despertar demasiada expectación. Con un plumas rojo y la mochila de lunares a la espalda, Vicky Peña se pierde en la calle camino del teatro.

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