Una aventura japonesa



Fuente: Roger Salas (elpais.com)
“La memoria es una función del cerebro y, a la vez, un fenómeno de la mente que permite al organismo codificar, almacenar y recuperar información. Surge como resultado de las conexiones sinápticas repetitivas entre las neuronas, lo que crea redes neuronales (la llamada potenciación a largo plazo). En términos prácticos, la memoria (o, mejor, los recuerdos) son la expresión de que se ha producido un aprendizaje. De ahí que los procesos de memoria y de aprendizaje sean difíciles de estudiar por separado”. Con este texto quizás frío y técnico, la coreógrafa Carmen Werner propone su estreno “Recuerdo”, “una propuesta donde se plantean los recuerdos buenos y malos, las mecánicas aprendidas, los momentos agradables que se guardan en la memoria”. La artista madrileña explora las reacciones de los intérpretes a partir, en cada uno de su respectivo poso vivencial: “El ser humano vive de recuerdos la mayor parte de su vida y, cuanta más vida tiene, más recuerda y más se deleita en sus buenos recuerdos. Es una forma de evasión y, a veces, de supervivencia”.
Recuerdo es una coproducción de Provisional Danza con la compañía japonesa Shun-Project a través de la Fundación Carmen Werner para la Danza Contemporánea.
La banda sonora cobra esta vez una importancia protagonista. Junto a fragmentos de Frederic Chopin encontramos a Loscil, el nombre para la música electrónica experimental del músico canadiense de Vancouver Scott Morgan. “Loscil” hace referencia a la función Looping oscilator, un módulo que parece estar presente también en el estilo de la coreógrafa. Morgan, que ha pasado de tocar la batería en el grupo Destroyer, muestra una iniciativa temática que lo distingue claramente (y en positivo) de los músicos de su cuerda, una poética que ya estaba en A New Demonstration of Thermodynamic Tendencies. La banda sonora de Werner toma peso con la presencia de Arto Lindsay (Richmond, Virginia, 1953), el prestigioso compositor experimental de influencias brasileñas (en un momento llegó a estar producido por Brian Eno) y el alemán Nils Frahm (Berlín, 1982), figura enigmática y singular del piano contemporáneo donde respiran los ecos de su sólida formación original.
Carmen Werner Werner responde a EL PAÍS un día antes de su estreno:
¿Cómo entraste en contacto con la danza y japonesa y específicamente con Shun Projet?
En el año 2001 Provisional Danza bailamos en un festival en Corea del Sur, nos vio en aquella ocasión un programador de Tokio y nos llevo a su festival en el 2002, allí nos vio a su vez una productora y me encargo una pieza para seis bailarines, y entre ellos estaba Shintaro Hirahara, actual director de Shun Projet que también baila en “Recuerdo”.
¿Hasta donde has llegado en el estudio científico de la memoria para este trabajo?
El trabajo de la memoria lo estudié un tiempo atrás, cuando estudié la carrera de Educación Física, y siempre fue un tema que me intereso mucho. Ahora lo he aplicado aquí.
¿Qué sistema de trabajo has usado para fijar los materiales creados junto s Shintaro Hirahara, Yasushi Shoji y Aya Yakushiji?
El mismo que hago con mi compañía.
¿Además de la distancia geográfica natural, ¿cómo ha sido la aproximación de Provisional Danza ala danza japonesa y a su público?
Desde que fui la primera vez en el año 2002 no he dejado de ir, bien a bailar, crear o dar talleres.
¿Cómo es la relación de Provisional Danza con la sala Cuarta Pared?
Somos compañía residente desde el año 2005 y siempre ha habido excelente relación de trabajo.
¿Cómo ves la situación actual de los grupos de danza contemporánea en España?
Fatal.
¿Crees que hay también un factor de crisis creativa además de material?
No, con la crisis se crea más.

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