Fuente: Begoña Barrena (elpais.com)
Blanca Bardagil, Sergi Belbel, Jordi Casanovas y Cristina Clemente son los autores de cuatro piezas que, a modo de rompecabezas, estructuran Assassinat a Atrium Viladecans,una propuesta inspirada en las novelas de Agatha Christie y con la que el equipamiento municipal celebrará 10 años el próximo fin de semana. A los personajes, representados por una quincena de intérpretes, se suman algunos de los usuarios de las instalaciones del Atrium, como el equipo de básquet femenino y varios nadadores, e incluso el público, según señaló Carles Ruiz, alcalde de Viladecans, durante la presentación de este experimento. “El Atrium reúne servicios deportivos y culturales en un único centro y la fórmula para celebrar los 10 años, conjuga todos esos espacios”.
Jordi Casanovas dio algunas pistas sobre este misterioso asesinato. “Los espectadores estarán asistiendo a los actos de celebración de las instalaciones y, de repente, aparecerá un cadáver; por grupos y guiados por un par de maestros de ceremonias, visitarán la sala pequeña de teatro, la pista de pádel y la piscina que es donde se desarrollarán las historias que ilustrarán tres aspectos de la víctima y los motivos de los sospechosos para asesinarle”. La pieza de Blanca Bardagil tendrá lugar en la sala de teatro y trata sobre cómo la sociedad afronta el amor y la muerte; Cristina Clemente, aborda el dilema moral del dopaje en la pista de pádel; Sergi Belbel plantea un expediente de regulación entre los trabajadores de la piscina; y Casanovas se encarga de resolver las tres tramas y darles un final.
Todos ellos dirigen sus propios textos a excepción del de Belbel, que será dirigido por el joven Isra Solà, incorporado al proyecto a última hora.
La colaboración de todos ellos lleva el inconfundible sello Flyhard, pues nació como suelen hacerlo los montajes de la pequeña sala del barrio de Sants, que viene a ser “un laboratorio en el que todo se cocina a fuego lento y después, si funcionan, los espectáculos saltan a otras salas más grandes”, en palabras de su director. Casanovas añadió que espera que “este experimento sea la semilla para que otros teatros, y no hace falta que estén en Barcelona, se animen a producir propuestas parecidas”.

Asesinato a ocho manos

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Fuente: Begoña Barrena ( elpais.com ) Blanca Bardagil, Sergi Belbel, Jordi Casanovas y Cristina Clemente son los autores de cuatro pi...

Fuente: Jesús Ruiz Mantilla (elpais.com)

Es usted el único actor español que no sale en la película de Almodóvar.
Pues me encanta tener la oportunidad de decir que me llamó, pero no pude hacerlo.
Enhorabuena, entonces.
Estaba metido en el Hamlet. Soy muy fan, leí el guion y me divertí, siento no haber estado, me hubiera resuelto algunas cosas.
Pero el teatro es el teatro.
De hecho, si no fuera por una mera cuestión económica se me vería menos el pelo en el cine y en la televisión. En el teatro tuve la suerte de trabajar en un grupo en que nos generábamos los proyectos siempre.
Animalario, ese fenómeno que marcó época. ¿Dónde andan?
Existe, pero estamos en cierta situación de ahogo económico.
¿En serio? ¿Ustedes? Háganse entonces amigos de Esperanza Aguirre, como Boadella.
Pero, Esperanza Aguirre, en teoría, no es nadie ya. Yo por Boadella siento mucha admiración y me gustaría que ejerciera su capacidad crítica contra el poder actual. Lo echo de menos.
El teatro, a base de recortes, unos se lo quieren cargar y otros, como ustedes, resucitar.
Ahora mismo se están produciendo dos grandes movimientos. Un sistema en caída libre y otro emergente. Cae la falsa democracia, el capitalismo incompatible con lo humano y nace un reencuentro con el humanismo, compatible con la vida. ¿Bajo qué forma de Gobierno? Lo iremos viendo…
¿Quién se resiste?
En el arte, hay cierta falta de reflejos a hablar de lo que pasa y dejarse de comedias juveniles. Los ciudadanos empiezan a hacer cosas. Por no hablar de movilizaciones. Habrá que proponerse otras acciones, quizás tirar las vallas del Congreso y liberarlo porque está secuestrado.
A ver.
No me parece mal promover la desobediencia civil. Cuando las leyes son injustas, lo justo es desobedecerlas.
¿Qué es usted? ¿Un utópico práctico?
Me parece una definición preciosa. Me la quedo. Necesitamos recuperar nuestra naturaleza disfrutona y alegre. Compitiendo de manera salvaje no lo pasamos bien, disfrutamos más con la solidaridad y la cooperación. Por puro hedonismo egoísta.
¿Epicúreo?
Lo colectivo y lo individual se pueden llevar bien. Libertad e igualdad son compatibles y dan lugar sin duda a la fraternidad.
¿Jacobino entonces?
De Jacobino, poco, no comparto la guillotina. No soy nada raro, a mí me gusta el cachondeo. Iba a decir algo y se me olvidó.
Mejor, a otra cosa. ¿Cómo es posible que un actor como usted esté a verlas venir?
No es alarmante en mi caso. Actores como yo, hay muchos, no creo que destaque. Este oficio ha sido siempre muy inestable. Eso que le gustaba reproducir a Aznar del poema de Kipling, que el fracaso y el éxito son dos impostores, es rigurosamente cierto. Ya me acuerdo de lo que iba a decir.
¿Qué?
La gran estafa de la Transición fue que se excluyó a los ciudadanos en el debate y las decisiones sobre la sociedad que queríamos. Los que se llaman demócratas tienen alergia a la participación ciudadana. Nos siguen considerando niños de teta.
No sé si le va a salir trabajo después de decir estas cosas.
No me importa. Prefiero mi libertad personal y las colectivas, lo demás es secundario. Si quieres que eche más leña al fuego.
Por favor…
Me pareció una auténtica vergüenza la actitud de la Academia de Cine en los Goya. Quisieron convencer a todos los participantes de que no se pronunciaran sobre la situación del país. Tuvieron éxito, aunque el guion que luego interpreta Eva Hache va más lejos de lo que todo el mundo espera y por eso todos los medios se volvieron locos. Aun así, la ceremonia fue absolutamente light, salvo excepciones, como Candela Peña y Maribel Verdú.
Confiese algún pecado.
Sigo con una cuenta abierta en un banco que especula con alimentos, pagando la luz a una empresa que basa su actividad en la estafa directa, aun supongo que compro ropa fabricada en países que explotan seres humanos de cualquier edad, cuando negocio un contrato quiero cobrar más sin importarme cuánto pagan a mis compañeros… Es la primera revolución necesaria de hacer, la que está dentro de uno. Luego, apuesto por la marea ciudadana.


Font: Carina Filella (elpuntavui.cat)
El centenari Teatre Fortuny de Reus viu el seu pitjor moment. Les tres institucions públiques que el gestionen –la Generalitat de Catalunya, la Diputació de Tarragona i l'Ajuntament de Reus– estan negociant un nou model de gestió que, segons l'alcalde de Reus, Carles Pellicer, s'imposa “pels nous temps i el context econòmic”. Mentrestant, l'activitat al teatre s'ha aturat i encara no s'ha presentat la programació per a aquesta temporada.
Fins ara, qui té més participació en el consorci del Fortuny és el govern català, amb un 52%, seguit de la Diputació (33%) i l'Ajuntament (15%). Una distribució proporcional també a l'aportació econòmica que en fa cadascuna. Sota la seva responsabilitat no només hi ha el Fortuny, sinó que el consorci assumeix també les programacions del Centre d'Arts Escèniques de Reus (CAER) i de la fira del circ Trapezi.
Però en aquests moments les tres administracions es plantegen una nova fórmula jurídica, que suposaria dissoldre el consorci i crear un contracte programa de tipus plurianual. Aquest nou format permetria, entre altres aspectes, que totes tres renegociessin cada any les quantitats que haurien d'aportar-hi. Un fet totalment oposat a les directrius que seguien fins ara, quan es dissenyava una programació a llarg termini que apostava per les produccions pròpies. L'activitat del Centre d'Arts Escèniques de Reus queda ara tocada de mort. L'any passat ja es va reduir un 20% el seu pressupost, que va passar de 2,5 a 1,9 milions d'euros. I aquest any, la situació que viu el consorci també deixa en un estat d'incertesa el CAER, ja que les produccions pròpies podrien quedar sota mínims.
La voluntat del govern català, segons el conseller de Cultura, és apostar per les produccions i coproduccions des del territori a través del Teatre Nacional de Catalunya: “Aquesta eina de país tindrà una dimensió de territori en la qual Reus també voldrà participar. Les fórmules de col·laboració es concretaran amb acords específics amb el TNC”, segons va explicar l'alcalde.
Tant el conseller com l'alcalde de Reus i el president de la Diputació de Tarragona asseguren que treballen en la mateixa direcció i que continuaran implicats en la gestió del Fortuny, tot i que no volen concretar en quin moment es troben les negociacions. Segons ha pogut saber aquest rotatiu, sembla que encara no hi ha acord entre les parts, fet que va obligar a ajornar la reunió del consorci, que estava prevista pel dia 14 de març passat.
“Pròximament es donaran detalls de la nova fórmula. En línies generals, ha de permetre una major agilitat en la gestió del dia a dia del teatre i un major lideratge des del territori”, segons l'alcalde Pellicer, que vol deixar molt clar que, tot i que de moment està tancat, el teatre “té garantida la programació”, que preveu presentar “en els pròxims dies”.
Aposta pel Trapezi
Igualment, Pellicer afirma que està garantit “el present i el futur dels festivals, especialment de la fira de circ Trapezi”. “La Generalitat aposta decididament pel Trapezi i aquest festival continuarà sent el referent de circ del país. És un festival nacional en el qual la Generalitat continuarà present, tal com va remarcar el conseller de Cultura”, segons l'alcalde reusenc.
La situació del Teatre Fortuny ha generat grans crítiques de la ciutadania a Reus, i el PSC, grup a l'oposició, fins i tot ha demanat la dimissió en bloc de tots els gestors culturals de la ciutat. En tot aquest entramat també hi ha la figura de Ferran Madico, actualment director general del consorci, de qui també s'ha qüestionat la continuïtat al càrrec. Madico va declinar fer cap declaració sobre aquest tema.

El Fortuny s'apaga

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Font: Carina Filella ( elpuntavui.cat ) El centenari Teatre Fortuny de Reus viu el seu pitjor moment. Les tres institucions públique...


Font: Antoni Ribas Tur (ara.cat)
L'Inquisidor d' Il prigioniero, de Luigi Dallapiccola, va abusar sexualment de l'home que dóna títol a l'òpera quan era petit. A Erwartung [ L'espera ], d'Arnold Schönberg, la dona busca el seu amant en un estat d'alienació mental. Al final s'adona que ella mateixa el va assassinar, i també a la seva amant, per gelosia. Així és com Àlex Ollé, un dels directors artístics de La Fura dels Baus, ha revifat el sentit original d'aquestes dues òperes contemporànies, en un programa doble que es va estrenar ahir a l'Òpera de Lió dins el festival Justícia/Injustícia.
"L'òpera és un dels camps en què s'està innovant més, perquè hi ha els mitjans econòmics i les estructures dels mateixos teatres que ho permeten. I també perquè s'hi ha endinsat gent d'altres àmbits", explica Ollé. "És un món que, per una qüestió de supervivència, s'ha obert més que d'altres. L'òpera ens ha donat la possibilitat de generar un univers visual i plàstic que al teatre ens era més complicat aconseguir -afegeix-. I insisteixo que els pressupostos i els mitjans de l'òpera no els tens avui al teatre". El director considera que aquestes dues peces són "molt psicològiques", i per això ha posat l'accent "en l'espai mental" dels personatges. "La proposta d' Il prigioniero era molt arriscada i la gent va quedar molt sobtada, n'estic molt content", deia el director després de l'assaig general de l'òpera.
Aquestes lectures renovadores encara aixequen polèmica, i en seguiran aixecant, però les noves versions del repertori han portat l'òpera a la primera línia de la creació escènica. "L'òpera ha sabut, utilitzant els directors d'escena, els cantants i els directors musicals, estar a l'avantguarda de les diferents disciplines de l'art. S'està fent el que Wagner pretenia: fer l'obra d'art del futur. El teatre, en canvi, està més ancorat en les estètiques del realisme del segle XIX", afegeix Calixto Bieito, director teatral amb una intensa trajectòria operística.
Wagner també és a l'origen de l'ADN operístic de La Fura, que es va consagrar internacionalment el 1998 amb el muntatge de La damnació de Faust, de Berlioz, al Festival Salzburg: "Ens hem sentit molt còmodes a l'òpera des del començament. Sense saber-ho, als inicis de La Fura també buscàvem l'obra d'art total. Anys després vam saber que provenia de Wagner. Aquesta ingenuïtat, aquesta manca de por, ens va anar molt bé", assegura Ollé.
"Wagner és un dels compositors que més es presta a les relectures, perquè les seves obres contenen molta filosofia al darrere", apunta el crític d'òpera de l'ARA Xavier Cester. De fet va ser el seu nét, Wieland Wagner, qui va obrir nous camins amb les posades en escena de les obres del seu avi al Festival Wagner de Bayreuth després de la Segona Guerra Mundial. El 1951 en va oferir una nova lectura, i a la vegada el va depurar de la càrrega que havia adquirit durant el nazisme i va presentar unes posades en escena de les seves òperes basades només en efectes de llum i una escenografia amb figures geomètriques. "Aquesta via va tenir una resposta a Itàlia amb les òperes de Luchino Visconti, que també va fer unes aportacions molt diferents en la línia de la seva estètica", afegeix el director artístic del Gran Teatre del Liceu, Joan Matabosch.
De polèmica a obra de culte
Un altre dels muntatges wagnerians mítics va ser L'anell dels Nibelungs, de Patrice Chéreau a Bayreuth el 1976. "Per primera vegada el va posar en contacte amb el context del seu temps, la revolució industrial, el món de l'empresa i la burgesia. Va ser un gran escàndol i cinc anys després va ser un gran èxit", recorda Cester. El 2006 el Liceu va presentar un altre Wagner mític. "Peter Konwitschny va situar Lohengrin en una escola, que realment no té a veure en cap escena amb les expectatives de l'original i pot ser genial, perquè entén l'obra i sap com explicar-la", subratlla Matabosch.
"La tasca d'un intèrpret i d'un director d'escena és que una obra que va ser composada per produir un determinat efecte, cent o cent cinquanta anys més tard produeixi aquell mateix efecte. És evident que hauran de canviar moltes de les coses. Un gest o un color ja no volen dir el mateix i, per tant, han de trobar avui dia una manera de codificar diferent les acotacions que va fer el compositor -explica el director artístic del Liceu-. Quan parlo de fidelitat a l'obra, em refereixo al que ens diu l'obra, no a les acotacions, això no tindria cap sentit, seria una estupidesa". Des dels anys noranta el teatre de la Rambla ha rebut algunes de les propostes internacionals més trencadores. "El públic és més susceptible quan té un sentit més patrimonial de l'obra, com CarmenLa Traviata o una òpera de Wagner; hi ha una part del públic que no accepta que li toquin les expectatives ni el que ha vist sempre", diu Cester.
"Quan es munta La Traviata, hi ha una escena en què el tenor llança un munt de bitllets damunt Violetta Valéry. El que dóna a entendre és que el personatge fa un acte de generositat cap a una dona que ho ha donat tot, que era una cortesana i que per amor s'ha exposat a ser maltractada i utilitzada per la societat. Es poden llançar bitllets o no, en una producció, el que és innegociable és el sentit que té aquesta escena", afegeix Matabosch. "Quan fas una òpera de Verdi necessites saber què estàs fent i per què l'estàs fent avui. Necessites entrar molt més endins. Per saber quin lligam té amb el món d'avui, has d'entendre quina relació tenia al seu moment. La va escriure per a una dona amb qui no estava casat i que titllaven de puta pel carrer i li tiraven pedres!", afegeix Bieito, que va ambientar la producció que en va fer el 2003 en el món de la prostitució de luxe. "És un procés que ha trobat resistències, però hi ha solucions escèniques que s'han reiterat i que han acabat per perdre qualsevol sentit, i això és una falta absoluta de respecte per a l'autor. La Traviata no és només una obra per anar a escoltar melodies esplèndides, va ser un escàndol monumental quan es va estrenar a La Fenice el 1853", rebla Matabosch.
Una de les polèmiques més sonades que s'han viscut en els últims anys al Liceu va ser la que va protagonitzar el 2001 Bieito, una versió d' Un ballo in maschera, també de Verdi, ambientada en la Transició espanyola i amb catorze lavabos damunt de l'escenari. "Si avui es reposés, es convertiria en un muntatge de culte", insisteix Matabosch. Ollé la va estrenar a Sidney al gener, i va apostar per concentrar la càrrega política de la peça: "Vaig lligar-ho amb el 1984 d'Orwell, amb aquesta lectura sobre el feixisme i el comunisme que va fer. Vaig portar a l'extrem el personatge de Gustavo i l'he convertit en un dictador, en un Gran Germà que genera una alienació al seu entorn. Això em va donar la pauta que tots els personatges portessin una màscara des del començament fins al final, com a símbol de la hipocresia i l'alienació", afirma el director de La Fura. El seu col·lega Carlus Padrissa també va estrenar ahir un Parsifala l'Òpera de Colònia, un gran acte ritual inspirat per la mort de la noia violada a l'Índia.
Noves òperes per a nous públics
Les noves lectures de les òperes han aconseguit mantenir viu el repertori clàssic, però han deixat en segon terme la producció de noves òperes.
"És l'únic punt negatiu que hi veig. Sovint ha substituït la producció de noves òperes, i no ha de ser així", apunta Matabosch, molt conscient de les dificultats que la crisi imposa al sector. El 2016 Àlex Ollé es posarà el capdavant d'una òpera de nova creació sobre Frankenstein produïda per Brussel·les. "Pots proposar el tema, intervenir en el llibret, ets autor de la peça i la pots dirigir més cap a temes que et provoquen una certa inquietud -explica el director-. Ets tu que dónes el punt de partida i el pots conduir". A més de la novetat i l'autoria, segons Ollé, l'òpera contemporània pot conquerir nous públics i, més joves, explorant nous formats i jugant amb la disposició dels músics en l'espai i la interacció entre els cantants i el públic. "S'ha de renovar en aquest sentit, perquè encara genera rebuig en un sector determinat de la societat; l'òpera s'ha d'acostar a la gent, s'ha trencar amb això", conclou.


Fuente: Fernando Díaz de Quijano (elcultural.es)

Anabel Alonso (Baracaldo, Vizcaya, 1964) derrocha energía y llaneza al hablar, la misma que la convirtió en uno de los personajes más populares y queridos de la televisión desde los tiempos de Los ladrones van a la oficina, algo que confirmaría unos años más tarde la exitosa serie 7 vidas. Aunque siempre la ronda algún proyecto televisivo, ya sea como actriz o presentadora, es el teatro lo que la tendrá ocupada todo 2013. Concretamente Lastresuna comedia descarnada de Jorge Roelas dirigida por Jorge Steinhardt y coprotagonizada por Ana Fernández y Marta Belenguer. Tras pasar por Alicante y Valencia, ha prorrogado dos semanas sus funciones en el Teatro Bellas Artes de Madrid, antes de continuar por Granada, Bilbao y La Coruña.

Lastres iba a estar hasta el 31 de marzo en el Bellas Artes pero se prorroga dos semanas más. ¿Eso es que ha ido bien?
Ha ido muy bien y como a todos nos cuadraba con la agenda, hemos decidido quedarnos un poco más. La afluencia de público no es igual que antes de lo del IVA, pero se nota que la gente tiene ganas de ir al teatro a divertirse.

Últimamente vemos en la cartelera muchas comedias protagonizadas por hombres o mujeres de una franja de edad muy concreta (por ejemplo, 
Hombres de 40, actualmente en el Teatro Marquina). Parece un subgénero consolidado dentro del teatro.
Sí, pero aquí no se trata la cuestión generacional ni cómo afrontan la crisis de los cuarenta. Son tres mujeres amigas de la infancia, que por diversos motivos dejan de serlo y al cabo de los años el personaje de Ana Fernández reúne las fuerzas necesarias para convocar a las demás y poner las cosas en su sitio. La reunión comienza como todos los encuentros familiares, con una reunión agradable, pero van saliendo los trapos sucios y las cuentas pendientes y acaban enfrentándose todos con todos.

¿Qué tipo de lastres arrastran los personajes de esta obra?
Son lastres emocionales, esas cosas que te han hecho daño durante tu vida, sobre todo las que te han provocado tus más allegados, que saben dónde duele más. Cosas que se nutren de los complejos, del rídiculo que te han hecho pasar, de la envidia. Y a pesar de todo mantienes a esas personas en tu vida porque no puedes vivir sin ellas.

¿Cuál es el punto fuerte de Lastres?
Que es una comedia salvaje. He hecho mucho cine, televisión y teatro, pero esta es la comedia más punk, salvaje y descarnada que he hecho. Los conflictos se ponen encima de la mesa de una forma muy bestia, sin sentido del ridículo, ni pudor, ni miramientos. Mucha gente me dice que hacía tiempo que no se reía tanto.

Como dice, ha hecho de todo: teatro, cine, televisión como actriz y presentadora... ¿En qué momento de su carrera descubrió que era una actriz todoterreno?
Eso va surgiendo poco a poco, no he sido consciente. Te van proponiendo cosas y vas diciendo que sí, superando obstáculos y enfrentándote a nuevos retos. En ese sentido soy irreflexiva y hasta ahora siempre he salido airosa.

¿En cuál de los tres sectores ve la cosa más fastidiada?
Muy difícil me lo pones... Entre cine y teatro anda la cosa muy parecida. En cambio, la televisión es un monstruo al que hay que alimentar cueste lo que cueste. Siempre hay producción, aunque los contenidos sean menos ambiciosos. Al cine no sólo le afecta la crisis general sino la de su propio modelo. Lo que hay no nos vale y lo que está por llegar no termina de llegar.Y el público sigue demostrando que tiene ganas de ir al teatro, pero esta barbaridad del 21% de IVA nos está machacando.

¿Tiene algún otro proyecto aparte de seguir con la gira de Lastres?
De momento estaré centrada en esta obra todo el año. Se habla de cosas de televisión, series... pero nada cerrado aún.

Fuente: Alberto Ojeda (elcultural.es)


María Pagés se quita importancia. "¿Una embajadora del flamenco? Bueno, dejémoslo en representante". El caso es que la bailaora sevillana no para de recorrer el mundo desplegando la hondura y la estética de sus coreografías. Ahora acaba de empezar un nuevo y frenético itinerario que se prolongará hasta septiembre y la llevará a hacer escala en Canadá, Hong Kong, Alemania, Japón (en este país bailarán en Fukushima)... En abril incluso actuará en tres continentes distintos. Y, más difícil todavía (redoble de tambores), con tres espectáculos distintos en cada uno: Autorretrato, Sevilla y Utopía. "Es peor el desfase horario que cambiar de montaje con tan poco tiempo", afirma. Pero le gusta el reto: "Es un desafío que te obliga a mantenerte alerta y así no se acartonan los espectáculos".

En estos meses que va a estar de gira por medio mundo representará tres de sus coreografías más representativas: UtopíaAutorretrato y Sevilla. ¿Por qué este repertorio?

En cada sitio le interesan espectáculos diferentes según las circunstancias. Cada uno tiene sus preferencias. El director del Festival de Montreal vino por ejemplo al Teatro Arriaga cuando estrenamos Autorretrato. Le gustó mucho y era la querían ver en este viaje. En Hong Kong estaban muy pendientes de Utopía. Y de Japón vinieron a verla en 2011 cuando la estrenamos en el Centro Niemeyer de Avilés. Son dos países en los que nos siguen y están atentos a lo que hacemos y siempre quieren que llevemos lo último. Lo bueno es que la nuestra es una compañía estable y de repertorio. Podemos en un mes recorrer tres continentes y mostrar tres coreografías distintas.


¿Y no se vuelven locos con tanto cambio, al pasar de una coreografía a otra en tan poco tiempo?

Lo peor para mí es el cambio horario tan marcado, de entre cinco, seis, ocho horas... Eso te trastorna bastante la verdad. Pero me gusta cambiar de montaje con frecuencia. Es algo que te obliga a estar alerta y concentrado, y así las coreografías no se acartonan. 


¿De todas estas escalas le hace alguna especial ilusión?

Canadá, por ejemplo. Hemos ido mucho a Montreal y Toronto, pero nunca a Ottawa y Quebec. Hay mucho interés allí por nuestro trabajo. Es algo que vemos en las redes sociales y todas las entrevistas que ya hay concertadas. En Montreal, cuando llegue, tengo que hacer siete. Y se nota que los periodistas están al tanto de tu trayectoria, preguntan con intención. En Hong Kong me encanta cuando me dicen: "Ya llevaba usted mucho tiempo sin venir". Y a lo mejor he estado el año pasado. Sientes que te echan de menos.Y lo de Japón va a ser muy especial, porque bailaremos en algunos centros de Fukushima e Ishinomaki. Haremos algo que para los padres y los hijos, porque estos allí desde el terremoto viven muy encerrados.Intentamos ofrecer una pequeña ayuda. La catástrofe ocurrió un mes después de que nosotros nos fuéramos de allí tras una gira y nos afectó mucho cuando nos enteramos. Teníamos ganas de volver allí a darles algo especial. 


Y usted que ya los conoce bien ¿por qué cree que a los japoneses le llama tanto el flamenco?

Yo creo que les impresiona una expresión tan pasional y tan humana como es el flamenco porque es diametralmente opuesto a su cultura, tan contenida. Los japoneses son gente que se implica hasta el fondo. Si te consideran digna, estarán contigo hasta el final. Son muy fieles, nunca te abandonan. 


¿Estas giras internacionales le hacen sentirse una embajadora del flamenco?

El flamenco es mi nacionalidad, la mejor manera en que yo me puedo expresar. ¿Embajadora? Bueno, dejémoslo en representante. 


¿Cómo definiría la evolución que hay entre estos tres montajes, que abarcan varios años de su carrera?

Autorretrato es la coreografía con la que me afiancé como creadora, tanto como coreógrafa como directora. Establecí un camino muy claro que luego he seguido con Dunas y Utopía. La idea es el flamenco como creación global, en torno a la que se aglutinan diferentes disciplinas que lo rodean. 


¿Y cuál es esa utopía de María Pagés? 

La fe en que el ser humano haga de este mundo un lugar más amable en el que vivir. Creo en su espíritu para conseguirlo. Pero no me basta con creer, también hay que hacer, no permanecer pasivo. 


No permanecer pasivo contra la subida del IVA, por ejemplo, ¿no?

Esa subida hay que rectificarla. Está haciendo mucho daño. Tenemos que seguir empujando y presionando para que el Gobierno recapacite y dé marcha atrás, como ha sucedido en otros países. 


Fuente: Sergio Delgado Salmador (elpais.com)
La oscuridad se adueña del teatro Cofidis de Madrid. El telón sube y revela la sala de un museo de noche, donde brilla un diamante. De pronto, de un lateral aparecen dos figuras vestidas completamente de negro que tropiezan con el público. "Oh! Sorry, sorry. There you are! (Perdón, perdón. ¡Ahí estás!)", le dice un actor a su compañera. Así es, los oídos no engañan. Teatro en inglés en pleno corazón de Madrid.
Más de una decena de compañías acercan la experiencia del teatro en distintos idiomas a varias ciudades españolas. Uno de estos casos es el del grupo Face to face (Cara a cara), fundado en 2000 en Madrid a manos del italo-americano de 44 años Paolo Abbate y el inglés Stephane Shaw (Londres, 1970). Se trata de un colectivo compuesto por actores y actrices estadounidenses y británicos, que recluta anualmente en países anglosajones. "Hacemos castings cada año en Londres y Estados Unidos para ofrecer trabajo aquí durante uno o dos años. Por eso, cambia tanto nuestra compañía", explica Abbate. El grupo se compone actualmente de 24 personas y se dirige principal, pero no únicamente, al público más joven. "Trabajar aquí es un reto. Si puedes entretener a un niño que no habla o habla poco inglés, puedes entretener a cualquier persona en este mundo", afirma convencida Lisa Krosnicki, la actriz natural de Wisconsin (Estados Unidos) de 34 años.
Desde la afición y el teatro amateur, los habitantes de la capital pueden acudir también a los espectáculos de los Madrid Players, un colectivo formado en 1968 que cuenta este año con 93 personas. Los actores -británicos, irlandeses, estadounidenses, australianos e, incluso, algún español- participan en las entre cuatro y ocho obras que producen anualmente. "Actúamos en pequeñas salas o en el salón de actos de un colegio, como por ejemplo, el del Cardenal de Spínola. Aquí hacemos la pantomima con la que conseguimos un lleno durante cinco días [unas 500 personas por día]", sostiene James Duggan (Tralee, Irlanda, 1961), uno de los actores más antiguos del grupo. La pantomima -pantomimeen inglés- se trata de una representación típica en Reino Unido e Irlanda en Navidad, en la que se mezcla un cuento con sátira y personajes locales de actualidad. "Somos el único grupo que hace una pantomima en Madrid".
Pero la oferta profesional no se limita, obviamente, a Madrid. En Barcelona, En 1998 dos británicos decidieron asentarse en la capital catalana para crear Escapade theatre, una compañía que hoy reúne a 20 actores británicos y norteamericanos. "Cuando vinimos a España queríamos seguir actuando y apostamos por una obra muy física porque no hablábamos ni castellano ni catalán. En inglés nos encontrábamos agusto y, la verdad, tuvimos buena crítica", asegura Sue Flack (Londres, 1962), fundadora del colectivo. Junto a ellos, Blue Mango entretiene desde 2003 a un público no nativo en colegios, escuelas oficiales de idiomas y salas. El grupo teatral formado por 13 británicos, estadounidenses y españoles se centra en el lado educativo del idioma. "Creemos que el teatro es una buena manera de explicar las cosas, aprender, repasar y pasar un buen rato. En los últimos años han surgido muchos grupos que hacen teatro, improvisación y stand up comedy (monólogos)", añade Emma Reynolds (Schrewsbury, Inglaterra, 1973), directora de la compañía.
Más al sur, la comunidad británic-americana de Fuengirola (Málaga) organiza cerca de 25 obras de teatro -a excepción de los meses de julio y agosto en los que muchos vuelven a Reino Unido- en el Salon Varietes. La compañía se compone de 70 personas de las que solamente dos son españolas y, aunque cuenta con algún actor o exactor profesional, es básicamente amateur. "Vienen de Calahonda, Marbella, de la Universidad de Málaga... La mayoría de gente que viene son británicos, pero con los musicales vienen también alemanes, daneses, españoles, etcétera.  En otoño la gente salió encantada deCon Ellos y ellas (Guys and dolls)", explica en inglés Graham Cherry (Londres, 1968), encargado del grupo y publicidad. "Algunos asisten a los espectáculos porque están aprendiendo inglés y les gusta ver que se saben las canciones. Pueden practicar y seguirlo en su cabeza".

El árabe cuenta con un pequeño nicho

De la misma forma, una mezcla entre estudiantes y profesores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) vieron nacer en 2005 una iniciativa teatral en árabe. "Es una idea a tres bandas entre el profesor y teórico Waleed Saleh, los alumnos y yo. Ahora mismo, 15 personas estamos preparando El sueño de una noche de verano", revela Ignacio Gutiérrez de Terán (Madrid, 1967), profesor titular del Departamento de Estudios Árabes e Islámicos y Estudios Orientales de la UAM. A pesar de tratarse de un grupo amateur -a excepción de algún estudiante de arte dramático-, el colectivo teatral se atreve tanto con obras de dramaturgos árabes, como con adaptaciones de autores como Pablo Neruda.
La escena teatral árabe en España se reduce a escasos círculos académicos, centros culturales y algún festival puntual, su actuación con más aforo estuvo en torno a los 200 espectadores. "Lo veo dentro de un ámbito reducido. Solo le gusta a quien siente interés por la cultura, el idioma y miembros de la comunidad árabe. No somos profesionales, ni tenemos intención de dedicarnos a ello", aclara de Terán.

El italiano completa la oferta

De forma paralela a los principales idiomas, el italiano dejar oirse también por varios escenarios españoles. Los italo-argentinos Pablo Torregiani (Buenos Aires, 1982) y Carolina Calema (Buenos Aires, 1980) se aventuraron a empezar en 2005 Teatro di commedia, un grupo teatral nacido mientras estudiaban en Roma. "Decidimos crear una escuela y compañía itinerante para difundir la comedia del arte (un tipo de teatro con máscaras), que es el precursor del teatro moderno", explica el porteño por teléfono desde África.
El público de Teatro di Commedia se compone en su mayoría de españoles, aunque también acuden numerosos italianos. "Por supuesto hay más españoles. Notamos que a la hora de escuchar italiano, gusta pero se necesitan palabras clave para hacerlo todavía mas claro. Pero no hace para que se compendra todo. Nos interesa dejar preguntas y no explicar todo, estimular la curiosidad". Por eso, los actores, dicen, se apoyan en una mayor gestualidad, que les ayuda cuando viajan por diferentes ciudades españolas, latinoamericanas y africanas.
Con más estabilidad pero desde la afición, la entrañable milanesa Donatella Danzi, cuya edad prefiere que sea un misterio, sube a los escenarios desde 2005 obras con el grupo Parla italiano facendo teatro(Habla italiano haciendo teatro). Este pequeño colectivo, que se compone actualmente de cuatro italianos y cinco españoles, sube a los escenarios de pequeñas salas de Madrid clásicos del dramaturgo y escritor Luigi Pirandello (1867-1936) o el actor y cómico Eduardo di Filippo(1900-1984). "No es solo una cuestión de aprender o practicar italiano, es que se acerquen a la cultura. Muchas veces los alumnos aprenden la gramática pero no saben decirte el nombre de un solo autor de teatro o literatura", razona Danzi.

El castellano también se exporta

Con cerca de 500 millones de hispanohablantes, el castellano es ya el segundo idioma más hablado del planeta, según el Instituto Cervantes. Por ello, no sorprende que se pueda disfrutar de obras de teatro en el idioma de don Quijote desde Reino Unido, hasta Estados Unidos.
Concretamente, mientras que la experiencia anglosajona pasa el teatro para niños de A cuerpo, en Estados Unidos comunidad hispana crea espacios culturales en varias ciudades. Más allá de la latina Miami, una pequeña urbe a unos 50 kilómetros al noreste de Atlanta (Georgia, Estados Unidos) acoge una compañía que anualmente acerca una obra de teatro durante un mes totalmente en castellano. "Suelen venir unas 100 personas a vernos. Hasta el año pasado la mayoría de los espectadores eran estadounidenses, pero desde que hicimos El Insólito Caso de Miss Piña Colada, una obra portorriqueña en la que actuó María Eugenia Arboleda -actriz de Yo soy Betty, la fea- vienen 50% latinos y 50% estadounidenses", explica Rubio.
Se trata del Teatro del Sol, un colectivo que reúne a mexicanos, venezolanos, colombianos y más nacionalidades hispanohablantes en el Aurora theatre de Lawrenceville. "Llevamos aquí unos seis años. Todo es en español pero también ponemos subtítulos encima del escenario proyectándolo con un ordenador", apunta Sergio Rubio (Bogotá, 1992), el director colombiano de escena. La compañía ultima los preparativos de su obra para 2013: Burundanga de Jordi Galcerán, una comedia romántica en la que tres actores cubanos, un mexicano y una colombiana tratarán de conquistar al público estadounidense. "Entre los subtítulos y los gestos, el público se engancha, aunque se perderán detalles por no hablar el idioma", explica la actriz criada en Puerto Rico Blanca Agüero (Nueva Jersey, 1984), "no hacemos nada especial para los espectadores. Solo hay que tener buena dicción".

Pasión mediterránea en Berlín

Hace ya cuatro años que María del Mar Taulés, Raquel Rives y María Ruiz-Larrea se aventuraron a crear Rotonda teatro, una pequeña compañía de teatro infantil en un Berlín que, cada año, acoge a más emigrantes españoles. "En España la situación de la cultura y el teatro es complicado. Hay pocas salas alternatvias y es todo más hermético. Aquí si tienes proyectos y energía hay más posibilidades", responde Taules (Barcelona, 1976) al teléfono desde el barrio berlinés de Kreuzberg.
Con el apoyo de una ciudad verdaderamente multicultural, "acostumbrada al extranjero, que le gusta", Rotonda crece apostando por obras en castellano aunque se apoyen también, en ocasiones, en alemán. "Para ser rentables hacemos obras en alemán sí o sí comoBrittas Buch (El libro de Britta) Pero tenemos un plus que otros no tienen", opina. El grupo teatral
Desde esta perspectiva, Rotonda se unió en los últimos días de diciembre a cuatro compañías más -Bühnen Licht, Zuckerbrot und Pfeffer, Mosaico y Kazibaze Teatro- para crear el festival infantil Kinder Theaterreihe (la fila de teatro de niños) que, hasta finales de febrero, atrajo a casi 700 personas al Hoftheater, según Taulés. "Vienen muchas familias, parejas mixtas donde al menos uno de ellos habla español, aparte de los niños. Ha sido un éxito. Nos hemos dado cuento que los berlineses están deseando hacer cosas en español".


Fuente: Alberto Ojeda (elcultural.es)

Los datos que publicó Faeteda (la asociación que agrupa a los empresarios del sector escénico) la semana pasada provocan escalofríos. El incremento del IVA en trece puntos porcentuales (el tipo aplicable a las entradas ha pasado del 8% al 21%) está haciendo mucho daño. El informe que ha elaborado la patronal de los teatreros compara los cuatrimestres de septiembre a diciembre de 2011 y 2012. Hay que recordar que fue en septiembre del año pasado cuando entró en vigor la nueva regulación del impuesto. Y a partir de ahí la hemorragia económica no ha parado de crecer. Tres apuntes fundamentales para calibrar la gravedad de la sangría. Primero: 1.798.394 espectadores menos (-34,43%). Segundo: la recaudación neta ha caído un 33.297.278 euros (-32'98%). Y tercero: pérdida de 596 puestos de trabajo directos. 


En mitad del desastre el musical, género popular por excelencia, que cuando cuaja es capaz de arrastrar riadas de público a los teatros, intenta mantener a flote la taquilla. Es imposible saber a ciencia cierta quién sufre más el impacto de la aumento del IVA: si el musical o el teatro de texto. Lo que está claro, como reconoce Jesús Cimarro, vicepresidente de Faeteda y presidente de la Asociación de Productores y Teatros de Madrid, es que "la gente cada vez va menos al teatro, selecciona más y eso provoca que las decisiones se concentren más sobre determinados espectáculos". En la actualidad, sobre el que un mayor número de espectadores confluye es sin duda El rey león, en el Teatro Lope de Vega. Desde su estreno en noviembre de 2012 ha superado con creces el millón de entradas vendidas. 



Julia Gómez Cora, directora de Stage Entertaiment, empresa holandesa especializada en la producción de musicales e implantada en Madrid desde hace 13 años, explica a El Cultural el peso específico de este montaje en los ingresos totales de las taquillas teatrales madrileñas. "La recaudación neta en Madrid ha caído un 39% si tenemos en cuenta sólo el teatro de texto. Si en el cómputo añadimos el musical, ese desplome se atenúa, quedando en 21%", afirma. Los datos resultan mucho más llamativos todavía si los concentramos en diciembre, periodo estrella de este género. "En diciembre del año pasado los musicales recaudaron un 60% del total de todas las obras de la cartelera. Y de ese 60%, El rey león supone un 80%". Nada menos. Estos números salen de la consulta de la Asociación de Productores de Teatro de Madrid a una de las tiqueteras más importantes: entradas.com (en el recuento se incluyen 25 teatros privados de la ciudad). Para las nueve funciones de Semana Santa ya tienen colgado el cartel de no hay billetes. El aforo del Lope de Vega son 1.460 localidades. Han vendido 13.140. Y eso en dinero contante y sonante significa -tatachán-: un millón de euros (un poco más, para ser precisos). 



Las preferencias del público, con estas cifras en la mano, parece obvio que se concentran. Un público que está lejos de ser exclusivamente capitalino: "El 70% del que viene a nuestros espectáculos llega de fuera de Madrid". Sin embargo, Jesús Cimarro, director gerente de la productora Pentación, le quita hierro al asunto. "Esas cifras bajan sensiblemente si tomamos todo el año como periodo de referencia. Ese 60% puede se reduce a un a un 25% o 30%". De hecho, meses como mayo o junio son muy deficitarios para los musicales, que ponen en danza equipos de entre 100 y 150 personas. Y advierte: "Hay comedias que dan mejor rendimiento que los musicales.Sofocos [hilarante retrato de los efectos de la menopausia] en el Nuevo Apolo está haciendo cien o ciento diez mil euros cada semana. Incluso algunas llega a la 125.000". 





Además, señala otros dos factores muy significativos a la hora de tener en cuenta la relevancia de los musicales en el panorama escénico global. "No hay que olvidar que ahora los musicales grandes en la cartelera madrileña son sólo dos, Sonrisas y lágrimas y El rey león [40 el musical se despide este domingo], cuando antes podían llegar a coincidir seis. El problema es que si no se llegan a unas determinadas ocupaciones se pierde dinero muy rápidamente y lo mejor es echar el cierre cuanto antes. No hay margen de aguante". 


José María Cámara, presidente de Drive, la otra gran compañía del sector, reconoce a este suplemento que antes se podía sobrevivir con un 50% del aforo completo pero que ahora como mínimo debe estar en el 65%. "Es que los márgenes de beneficio se han reducido drásticamente. El precio de las entradas se mantiene con respecto al año pasado, o incluso se ha reducido para evitar perder más espectadores, pero el IVA se ha disparado al 21%, creando el estigma de que el teatro es un bien de lujo para el ciudadano del que debe prescindir en un periodo de estrechez. Las empresas hemos asumido todo el impacto". 



En este contexto los récords de Hoy no me puedo levantar (dos millones y medio de espectadores entre 2005 y 2009) no se acarician ya por los empresarios de este sector ni en sus mejores sueños. Esta obra, por cierto, seguirá mejorando sus registros, pues volverá a estrenarse en Madrid el 12 septiembre próximo en el Coliseo. "Con unos efectos audiovisuales nunca vistos en España", explica Cámara. Y añade: "En su día cambió las reglas del juego en España. Consiguió, contando historias cercanas a nuestra propia cultura, arrastrar a muchas personas que jamás hubieran ido a un musical". 



En estas circunstancias hay que ser muy osado para poner en marcha un musical. Es un género que no permite las medias tintas. Las chapuzas y las soluciones improvisadas cantan rápido sobre el escenario. Y el público busca sumergirse en una atmósfera construida ex profeso para su disfrute durante tres horas. Pero no todo es color negro en el horizonte. Hay hitos que invitan a una moderada esperanza. Hoy no me puedo levantar, basada en la canciones y las peripecias del grupo Mecano, fue el primer musical de producción española que salió de nuestras fronteras. En 2006 estuvo en México. Ahora toma el relevo otra producción de Drive, Más de cien mentiras, orquestado con las canciones de Joaquín Sabina. También cruza el charco y se instala en el Teatro Liceo de Buenos Aires. "Es fundamental despertar interés en el exterior", remacha Cámara. Y en ello están. 

Fuente: Rocío García (elpais.com)

El teatro es siempre político. Ya lo dice Juan Mayorga, el autor y dramaturgo español. El teatro es el lugar donde se reúne la ciudadanía para hablar de la ciudadanía, de los problemas que tiene. Por eso es político. Y por ello, la crisis, con el paro, los recortes sociales, la falta de futuro o el poder de los financieros han asaltado los escenarios teatrales y se han hecho un hueco más que digno en las salas teatrales. Obras como RecortesSubprime, en cartelera ahora en Madrid, o Perdidos en Nunca Jamás, próximamente en Murcia o Valladolid, afrontan de manera directa los dramas económicos y laborales que se ven a diario en la calle. Otros montajes como A cielo abierto, dirigido e interpretado por Jose Maria Pou en el Teatro Español y escrito por David Hare en plena era del thatcherismo, en la que los británicos vieron como las privatizaciones arrasaron con buena parte de los derechos públicos adquiridos durante tantos años, o Feelgood, una comedia sobre la cruda y profunda relación entre el hombre y el poder, que se estrena el próximo 2 de abril en las Naves del Matadero de Madrid, dan buena cuenta de la necesidad del teatro de apoderarse de una realidad por cruda que sea y compartirla, como defiende  Juan Mayorga, con sus conciudadanos. Hoy por hoy, los cuentos de hadas tendrán que esperar tiempos mejores.


Recortes. En la sala Cuarta Pared se acaban las entradas rápidamente. El montaje Recortes, dirigido por Mariano Barroso e interpretado en dos monólogos por Nuria Gallardo y Alberto San Juan, ha tenido que prorrogar los pases ante el éxito cosechado. En la sala, abarrotada de jueves a sábado, se asiste a un baño de cruda realidad. Sobre un texto del británico David Greig escrito en 2011, Juan Cavestany lo ha adaptado a la situación española de hoy. Poco ha tenido que cambiar. “Son piezas en las que toda Europa se puede reconocer”, defiende San Juan, que interpreta el monólogo sobre un paciente con problemas mentales alarmado por el cierre del centro de salud en el que le estaban tratando en una conversación con una trabajadora de dicho centro. “Es natural que el teatro mire de frente a esta realidad que de manera tan brutal y a una velocidad de vértigo está acabando con tantos derechos en Europa y, más concretamente, en España” , defiende el actor para quien ya es hora de que el teatro y el cine, que necesitan quizás unas perspectivas a más largo plazo para plantear los temas, reaccionen de manera rápida. “No podemos esperar, hay que hablar ya de lo que nos está pasando”, añade San Juan que se declara optimista –“no solo nuestros hijos, también nosotros, vamos a ver un mundo mejor”- .Recortes, que termina su pase por Cuarta Pared el próximo día 30, tiene previsto saltar a algún otro teatro en la próxima temporada. Incluso se están planteando la posibilidad de hacer un espectáculo más completo e invitar a otros autores y actores, cambiando piezas y monólogos, para convertirlo en algo más vivo. “Todo un instrumento de agitación”, señala Alberto San Juan.




Subprime. El poder financiero y político frente a un solo ciudadano. Todo lo que se ve y se oye en la obra, escrita por Fernando Ramírez Baeza en 2008 y dirigida por Ricardo Campelo, se puede leer casi a diario en algunos periódicos. Hombres trajeados y engominados, orgullosos y seguros de sí mismos, prepotentes, que luchan por no perder el poder y el dinero que han ido arrebatando a la sociedad. Interpretado por Pep Muné, Chete Lera, Federico Aguado y otro,Subprime sitúa al espectador en una profunda recesión económica, cuando un empelado de una gasolinera de la empresa petrolífera más importante del país llega a la sede de la compañía con un vídeo comprometido del presidente del Gobierno. Amenazas, negociaciones e intereses económicos aparecen de inmediato entre esas cuatro paredes. Ricardo Campelo, venezolano de 33 años e instalado en España desde hace once, asegura que cuando leyó la obra tuvo la sensación de encontrarse ante un informe real de WikiLeaks. “Son hechos reales y contundentes que no pretende establecer conclusiones, pero que la mayoría de los espectadores llega a sus propias y casi similares conclusiones frente a la evidencia y claridad de lo que te cuenta”, defiende Campelo, que invita a políticos, banqueros y financieros al teatro Fernán Gómez de Madrid –“lo tienen todos muy cerca, aquí en la Castellana, en Génova o en el Congreso”- para que vean sobre un escenario esta historia de ficción que no es más que un reflejo de la realidad. “Ya basta de hablar entre nosotros. El teatro es uno de los grandes lugares de reflexión que tiene el ciudadano”. Subprime estará en cartelera hasta el próximo 7 de abril.




Perdidos en Nunca Jamás. “Intento desesperadamente hacerme mayor, pero no puedo”, decía James M. Barrie, el escritor de Peter Pan. Lucía Miranda, vallisoletana de 30 años, lo intenta también pero tampoco puede. Algo similar le ocurre a sus amigos. Perdidos en Nunca Jamás es la última obra de teatro dirigida por Miranda e inspirada en el cuento de hadas de Peter Pan, cuya adaptación la ha realizado una de las grandes expertas en este personaje infantil, Silvia Herreros de Tejada. Este montaje, que se estrenará el próximo 12 de abril en el Teatro Circo de Murcia y poco más tarde, el día 27 del mismo mes, en el Laboratorio de las Artes de Valladolid, pone el acento en otro de los aspectos dramáticos de la actualidad: la falta de trabajo y de futuro de los jóvenes, que tienen que buscarse la vida en el extranjero. Lucía Miranda, después de unos años fuera de España, se sorprendió ante la gran cantidad de jóvenes que preparaban sus maletas ante un exilio económico forzoso. “Somos una generación perdida. Hemos perdido la ilusión y nuestro cuento de hadas. La obra habla de ese drama y de la cantidad de gente que solo tiene futuro fuera de nuestro país. Yo al menos una vez al día me lo sigo planteando”, asegura Miranda.Perdidos en Nunca Jamás, que intentará abrirse camino en otros teatros,  tiene como protagonista a Wendy, una periodista que tiene que volver a vivir a casa de sus padres después de ser despedida en el trabajo.