AUTORRETRATO DE UN JOVEN CAPITALISTA ESPAÑOL

Pues sí, quizás sólo Alberto San Juan ha sido capaz de "interpretar" algo así. No os esperéis gran cosa, mínima escenografia, una mesa, una silla y un montón de libros apilados. Ellos son la excusa del monólogo, ellos y la mierda de sociedad que nos rodea.

Habitual de movimientos de rebeldía, ahora San Juan se encuentra perdido entre tanta mentira que no entiende, entre tanta injusticia que le supera y entre tanta palabra vacua y ha decidido explicar lo poco que ha captado de entre las páginas de los libros que decoran la mesa, y que poco a poco en el transcurso de dos horas de función nos va desgranando.

Todo es complicado, ¿pero hacía falta dos horas para concluir que nos llevan engañando desde siempre, que lo que recogemos hoy es el fruto de muchos años de mentiras? Creo que no. 

Para quien me conozca, soy amante de los textos, que a veces se dan dramaturgias y otras veces no. Aquí se juega en exceso con la improvisación, no sería necesario medirlo al 100%, pero le falta cierta estructura, quizás algo más de preparación, de trabajo previo.

No he visto personaje, he visto a Alberto San Juan dar una conferencia a un público que lo mismo se ríe de su interpretación del Rey como de las 100,000 víctimas anónimas que aún descansan en las cunetas españolas. ¿Nos podemos reír de todo? No lo sé, a mi, personalmente, hay cosas que no me hacen gracia.

El público ríe y eso puede ser sinónimo de éxito y de bolos y de largas giras; mientras yo permanezco sentada en la butaca pensando cuánto teatro hay bueno en Madrid que nunca veremos en Barcelona, pero claro no me he parado a pensar que Alberto San Juan sólo hay uno y él sí llena teatros.

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