'Fragmente', unidos frente a los males de Europa

Fuente: M. Ayanz (larazon.es)

'Fragmente', el montaje del dramaturgo sueco Lars Norén que pasa estos días por el Teatro de La Abadía, habla de personajes marginales de la calle, de prostitutas, de drogadictos, y de personas corrientes con problemas corrientes en casas, parques, hospitales. Y, prometen sus responsables, es divertidísimo. Es uno de los secretos por los que el autor escandinavo, quizá el más prominente en estos momentos en el horizonte de la dramaturgia nórdica, es traducido y estrenado en numerosas lenguas, aunque en España se le conozca algo menos que en Italia o Alemania. Bautizado hace décadas como el heredero de Strindberg, su teatro evolucionó con el tiempo y él se siente, sin embargo, más cercano a Ibsen.
Producción del Folkteatern, el segundo teatro en tamaño de Gotemburgo, la directora de este centro ligado desde los 50 a movimientos obreros, Ulrika Josephsson, colabora desde hace años codo con codo con Lars Norén. Éste no ha podido viajar a Madrid por motivos de salud, pero la directora explica que estamos ante el dramaturgo más conocido de su país, con 70 obras estrenadas y otras 30 a la espera. «Tiene un enorme talento para el diálogo. Como dirían los músicos, su oído es perfecto». Y añade: «En su escritura todo el mundo señala su dureza, que habla de temas intensos, pero sus obras no resultan en absoluto pesadas, porque tiene un lenguaje muy directo. Y muchísimo humor». Por su parte, Sofia Jupither, la responsable de este montaje, explica que «el enfoque es la ciudad invisible. Queríamos poner en escena a las personas que habitualmente no vemos en el escenario o en el patio de butacas. Y los mecanismos que nosotros mismos ocultamos».
Seis ciudades
La Abadía presentó ayer el montaje, en un acto que fue una doble puesta de largo, la de Cities on Stage, un esfuerzo común de seis espacios teatrales. Además del madrileño que dirige José Luis Gómez, el proyecto reúne al Théâtre National de la Communauté Française (Bruselas), el Théâtre de l'Odeón (París), el Teatrul National Radu Stanca (Sibiu), el Teatro Stabile di Napoli (Nápoles) y el Folkteatern (Gotemburgo). Jean-Louis Colinet, director del centro belga y promotor de la idea, subrayó que está «apoyada por la Comisión Europea hasta 2016. Para mí es un proyecto político además de artístico». El propósito, desde el principio, explicó, «fue cuestionar Europa, dentro de lo que es más problemático a día de hoy. Sin duda, Europa aporta un valor añadido, tanto para los países como para los pueblos, pero desarrolla al mismo tiempo los inconvenientes de la ideología neoliberal». Así, desde el proyecto, denuncian la fractura social, entre ciudadanos y entre países ricos y pobres, con ejemplos concretos: la expulsión de ciudadanos europeos como son los gitanos rumanos.

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