Asier Etxeandía: “En el teatro los nervios son buenos”


Fuente: Javier Molina (elpais.com)
Oyendo su voz afónica de recién despertado pocos pensarían que Asier Etxeandía es un actor y cantante superdotado. Pero cuando interpreta, este bilbaíno de 37 años, nariz torcida y casi 1´90 de estatura, desprende un brío que no deja indiferente a nadie. Ha actuado en nueve películas, en 15 series de televisión y en decenas de obras de teatro. Su papel en la obra La avería (dirigida por Blanca Portillo en 2012) le valió el Premio Max y el de la Unión de Actores como mejor actor protagonista. Actualmente está que no para y recorre el casco histórico madrileño cosechando aplausos allá donde va. A las 6 de la mañana se levanta para rodar la serie de Antena 3 Amar es para siempre, los lunes actúa en la obra Sagrado Corazón 45 en La Casa de la Portera de Lavapiés, de martes domingo representa La Chunga en el teatro Español en plena Plaza Santa Ana y hasta el 14 de junio dejó al público del Teatro La Latina a sus pies cantando y bailando a lo grande en El Interpretesu éxito musical que empieza la gira veraniega por España.
El crítico de teatro Marcos Ordoñez se pregunta en qué marmitako te caíste de pequeño para dar abasto. ¿Tienes tiempo para todo lo que estás haciendo?
Claro que sí. Acabo bastante cansado pero soy muy feliz, la recompensa es infinita. Aunque mucha gente no se dé cuenta, esto es un oficio duro, trabajas constantemente con tu cuerpo y con tu inteligencia emocional. Estar continuamente expuesto agota mucho y te deja los nervios destrozados, pero a cambio recibes algo impagable que es la respuesta del público.
¿Tanta experiencia no te hace sentirte menos nervioso en los escenarios?
Los nervios en el teatro son buenos. Significan que estás haciendo algo que te importa y que quieres sacar lo mejor de ti mismo. Creo que uno siempre está allí arriba apretando el culo para dar el máximo.
¿Qué te hace más feliz, actuar en un teatro, en televisión o cantar?
Yo soy un actor en constante búsqueda. Siempre trabajo de la misma forma, sea en un teatro o tras las cámaras. Disfruto mucho ambas cosas y las necesito. Rodar es muy gratificante, pero es cierto que el teatro tiene algo mágico, es un ritual que existe desde la antigüedad. Con la música me pasa lo mismo: es el sueño de mi vida, es la razón por la que hago todo lo que hago. Además, creo que tiene mucho en común con actuar, yo trabajo un texto como si fuera una canción y viceversa.
La Casa de la Portera es uno de los fenómenos teatrales del momento. ¿Qué siente un actor en ese escenario tan pequeño?
Actuar allí es una experiencia acojonante. No te deja tiempo para pensar. Sientes que es el público es el que te lleva. Es verdad que desde hace años existen las salas pequeñas, pero esa en particular tiene algo que la hace muy muy especial.
¿Sigues algún método de interpretación específico?
Ninguno fijo, ninguno concreto, nada que me limite en ningún sentido. La base de mi trabajo siempre es la misma. Para actuar tienes que tener un alto nivel de flipe. Y eso significa trabajar con vehemencia y con amor por lo que haces. Significa adorar tu trabajo y que éste te haga sentirte vivo. En resumen: fliparte por tu trabajo. (risas)
¿Qué es lo mejor que te da ser actor?
Creo firmemente que el teatro puede cambiar a mejor a las personas. Se, por experiencia propia, que una persona puede entrar a ver una función y salir siendo una persona distinta. El teatro puede cambiarnos para siempre. Además siendo actor adquieres un conocimiento del alma humana mucho más profundo. Aprendes a no juzgar a las personas, a analizarlas y a comprenderlas.
¿Y lo peor?
Lo peor de ser actor es que te das cuenta del nivel de envidia y de ignorancia de muchas personas. En este país somos muy envidiosos y no nos gusta que el de al lado triunfe. Cuanto más éxito tienes, más gente te mira con recelo y te juzga. Tienes que hacerte una coraza para que no te afecte. Te dicen que has cambiado cuando los que cambian son los de alrededor. Tú sigues siendo el mismo mindundi de siempre. Pero también te das cuenta de quiénes son tus verdaderos amigos.
¿Con qué actor y director te gustaría trabajar en el futuro?
He tenido suerte de trabajar con gente maravillosa, pero creo que hay muchos desconocidos que sorprenderían al público. Por supuesto que me gustaría trabajar con Medem o Almodóvar, pero no suelo pensar en eso. Me preocupo más por ser honesto en mi trabajo. Ahora hemos creado la Factoría Madre Constriktor para llevar a cabo nuestros propios proyectos con gente de todo tipo. Hemos producido Sagrado Corazón 45 y El Interprete. Esto es lo que más feliz me hace en este momento.

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