Una 'Medea' a ritmos de danza y flamenco abre el Festival de Mérida



Fuente: David Vigario (elmundo.es)
Un formidable espectáculo de danza neoclásica española, flamenco y la sobrecogedora música compuesta por Manolo Sanlúcar provocó la noche del viernes el júbilo unánime en las 2.000 personas que asistieron a la representación de 'Medea' por parte del Ballet Nacional. Abría de forma brillante la 59ª edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida.
El espectáculo, que cautivó desde el primer momento, sirvió además como homenaje al recientemente fallecido Miguel Narros, autor hace tres décadas del exitoso guión y de un vestuario lleno de colorido, luz y opacidad, de fiesta y dolor hasta la extenuación para una obra emblemática en este histórico escenario, la que se ha representado en 16 oportunidades ya, pero que tiene como gran referencia a la primera, la que sirvió para inaugurar hace 80 años, en 1933, de la mano de Margarita Xirgu. Aquella ‘Medea’ movió los cimientos del escenario romano y anoche la representación, completamente distinta, también estuvo a una gran altura, capaz de transmitir todas las sensaciones de este mito a través del lenguaje corporal de lo mejor del baile español y el ritmo extraordinario.
El trabajo del Ballet Nacional de España, con una brillante dirección de Antonio Najarro –que ya participó como bailarín en este certamen hace trece años, y de la Orquesta de Extremadura, a través de su director Álvaro Albiach, es sencillamente extraordinario, capaz de fundir desde tan diferente registro un argumento claro y direccional que permite al espectador percibir con absoluta precisión la historia de Séneca, desde la barbarie a la venganza, desde la justicia al odio, de la pasión a los celos tormentosos que terminan en el terrible asesinato de los infantes.
Con un escenario absolutamente desnudo, tan sólo aderezado por una pequeña tarina, las múltiples coreografías concebidas en su esencia en el año 1984 por el coreógrafo José Granero, el compositor Manolo Sanlúcar y el propio Miguel Narros –al que se le recordó de forma sentida por parte del director del Festival, Jesús Cimarro, y por el director del Ballet, Antonio Najarro- permiten crear ambientes muy diferenciados, llenos de registros diferentes, y esa es su gran virtud.
Punto y aparte merece la representación de Maribel Gallardo –que ya había representado ´Medea´ en el mismo escenario en 1990 –"el tiempo me ha hecho estar más madura y eso lo he notado en el escenario", dijo nada más concluir la representación, con el eco aún de las atronadoras ovaciones recibidas- y Francisco Velasco.
Los bailarines que representan los personajes protagonistas de Medea y Jasón –y que hoy para la segunda función pasan el relevo a Esther Jurado y Mariano Bernal- bordan sus personajes, y provocan momentos verdaderamente mágicos, donde el espectador queda atrapado, hipnotizado, siendo consciente que el maldito desenlace final no tiene remedio, pero rendido a los largos y asesinos brazos de Medea, a la honda expresión que transmiten todos y cada uno de los bailarines y, sobre todo, a la sobrecogedora música, cual banda sonora original de una película, que termina por construir una atmósfera que tardará mucho tiempo en olvidarse en las gradas del Teatro Romano de Mérida. Y eso no es cualquier cosa.

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