La estela de Miguel Narros sigue brillando en el Teatro Español

Fuente: Cristina Pop (elpais.com)
Cuando Diana Palazón se suba esta noche al escenario del Teatro Españoly hasta el 15 de septiembre dejará de ser para estar. Cada inspiración, cada espiración, cada molécula de su cuerpo estará interpretando a Doña Ángela en honor y como homenaje al director Miguel Narros, que preparó La dama duende para el festival Clásicos en Alcalá 2013 y se marchó.
 Le dio vida y murió a los 84 años, el 20 de junio, una semana después de su estreno. “Qué pena que le tengan que despertar”, decía su marido y productor durante 30 años, Celestino Aranda, a las enfermeras, “con lo plácidamente que duerme”.
“No está dormido”, le contestaron, y las tablas del Teatro Español, el mismo que había dirigido en dos ocasiones, se convirtió en capilla ardiente a la que peregrinaron actores como Ana Belén, Nuria Espert, Concha Velasco, Aitana Sánchez Gijón, Marisa Paredes, Blanca Portillo o José Sacristán, que hoy serían menos actores de no haber sido cincelados por la batuta de Narros.
“Para Miguel lo más importante siempre han sido los actores, era capaz de sacar lo mejor de ellos”, cuenta Aranda por teléfono y confirma Palazón, una de las últimas afortunadas en poner su talento a las órdenes de Narros. Ni la televisión, (Al salir de clase), ni el cine (Planta cuarta, de Antonio Mercero), ni el teatro (Don Juan Tenorio) tienen secretos para ella. Esta vez interpreta a una joven viuda, Doña Ángela, “poderosa y brillante como el sol, a la que sus hermanos quieren esconder. Yo tampoco podría estar muerta en vida, como ella”, explica la actriz sobre un personaje que bulle de deseo y no duda en acercarse a un Don Manuel encarnado por Chema León. Les acompañan en esta aventura versionada por el dramaturgo Pedro Víllora, los actores Iván Hermes, Mónica Martínez, Marcial Álvarez, Emilio Gómez, Eva Marciel, Paloma Montero y Antonio Escribano.
Representan una comedia de capa y espada, de enredos e intrigas contada por Calderón de la Barca durante el Siglo de Oro, “muy bonita pero difícil de montar”, explica el productor Celestino Aranda, por el juego constante de estancias y ambientes. “Miguel decía que la dirección no debe brillar por encima de la escenografía ni de la actuación de los protagonistas, todo debe ser una amalgama”, recuerda Aranda, quien añade que eso es lo que verán los espectadores que acudan hasta el próximo 15 de septiembre al Teatro Español.
Además, Narros había estado obsesionado con La dama duende. “La monté siendo muy joven con mi querida Margarita Lozano, y supongo que no tiene nada que ver con esta, porque no me acuerdo de nada”, decía el emblemático director en una entrevista a este periódico una semana antes del estreno, “pero he querido regresar a este Calderón que es muy interesante y al que se puede tomar a guasa haciendo un realismo fantástico; además es un autor que me apasiona como Shakespeare, cosa que he demostrado montándolos tantas veces”. Volviendo sobre sus pasos, tuvo la oportunidad de imprimirle la madurez y la delicadeza de una carrera dedicada a la dirección teatral. “¡Vida, vida, tiene que tener vida!”, insistía constantemente durante los ensayos. ¿Y cómo se consigue complacer semejantes órdenes? “Estando continuamente en el presente, respirando en cada gesto y cada palabra”, responde Palazón, que se sube por primera vez al escenario del Teatro Español en el que estuvo la capilla ardiente a la que los actores no pudieron acudir porque estaban representando su obra ante el público de Murcia.
El montaje es enérgico, minucioso y delicado. Al preguntarle en esa última entrevista sobre su capacidad de mantenerse como un estandarte de la vanguardia a los 84 años contestaba: “Hay algo bonito, fresco, en esta ancianidad que por un lado jode muchísimo, porque hay que enfrentarse a realidades irreversibles, pero por otro estás activo y creativo”.
El catedrático de la Real Escuela Superior de Artes Escénicas se marchó preocupado por la situación de la cultura: “Veo el teatro muy muy mal, peor que en esos tiempos tremendos que, los que tenemos una edad, recordamos con horror; la situación es desastrosa, entre otras cosas porque es como si los responsables de las políticas teatrales hicieran grandes esfuerzos por hacerlo mal”.
En el firmamento del teatro español ya hay una estrella con el nombre de Miguel Narros. Hasta el 15 de septiembre todavía se podrá ver y tocar su estela.
La dama duende. Teatro Español (Príncipe 25). Hasta el 15 de septiembre.

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