UBU ROI


TEXTO: ALFRED JARRY
DIRECCIÓN y DRAMATURGIA: DECLAN DONNELLAN
INTÉRPRETES: XAVIER BOIFFIER, CAMILLE CAYOL, VINCENT DE BOUARD, CHRISTOPHE GRÉGOIRE, CÉCILE LETERME y SYLVAIN LEVITTE
DURACIÓN: 1h 55min
PRODUCCIÓN: CHEEK BY JOWL en coproducción con el BARBICAN (LONDRES), LES GÉMEAUX/SCEAUX/SCÈNE NATIONALE y LA COMÉDIE DE BÉTHUNE-CENTRE DRAMATIQUE NATIONAL DU NORD-PAS-DE-CALAIS
LLIURE MONTJUÏC (GREC 2014)

Si me preguntaran qué pasó durante la primera hora de función, no estaría demasiado segura que responderles. Lo que sí puedo asegurar es que me mantuve impávida en mi asiento intentando buscarle uno o mil significados a lo que estaba presenciando. No sé si fui la única que no entendía nada en ese punto. Pero de pronto BOOM, algo estalló, algo como si hubiera permanecido ciega durante una hora y ahora algo o alguien me permitiera ver lo que estaba realmente pasando.

Lo que se nos presenta como un simple cena de una familia burguesa, esconde todo un juego de tiranía, conspiración y asesinatos del reino Ubú con unos instrumentos de aplicar justicia poco comunes pero con un cierto paralelismo a algunos reales. El poder, la codicia, la nula falta de respeto por el valor de la vida humana, quiénes son los enemigos, quiénes son los inocentes y quiénes los que los juzgan.

Como meros voyagers, el público asiste impasible a lo que se nos da para "comer", hasta que en un momento la cuarta pared se rompe, y nos convertimos en jueces de lo que está sucediendo, maravilloso momento, a partir del cual todo se ralentiza y juzgar no es un simple juego de niños. La utilización del audiovisual es sorprendente, como lejos de perdernos el backstage somos partícipes de todo cuanto ocurre. A veces, incluso, no querríamos llegar a visualizarlo y nos bastaría con usar la imaginación.

Ubu Roi es cruel y no se esconde, imágenes y sonidos se nos muestran de una manera excesivamente real. Aquí no hay medias tintas, está pasando, lo estás viendo. Por mucho que cierres los ojos, la imaginación es igual de poderosa.

Todo el espectáculo pero sobre todo la parte final, que nos desvelaré guarda un pequeño homenaje a la película Funny Games de Haneke. Todo parece como una broma macabra, todo parece muy real.

Espectacular puesta en escena de Nick Ormerod que junto con el diseño de luces de Pascal Noël otorga a Ubu Roi un aspecto de pesadilla, de la que muchos no pudimos despegar la vista y de la que tampoco queríamos salir. Bravo.

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