Madrid se va de baile



Fuente: Saioa Camarzana (elcultural.es) | Foto: Francisco Fresneda

La danza contemporánea surge de la necesidad de romper con los cánones clásicos del ballet. Tal vez sea, también, una necesidad de expresarse mediante las habilidades del cuerpo. Una especie de todo vale para transmitir emociones e ideas mediante la sicomotricidad. Pero aún hay mucha gente que alega no entenderla. "Creo que se trata de relajarse y dejarse influir, dejarse tocar y que te llegue algo sin necesariamente comprender cómo llega", explica Laura Kumin, directora del Certamen Coreográfico de Danza Contemporánea de Madrid que celebra su 28ª edición entre el 10 y el 13 de diciembre en Conde Duque con una variada oferta de proyectos, talleres y actividades paralelas. 


"El eje central es impulsar las posibilidades por eso hablamos mucho de nuestro papel como catalizador", apunta Kumin. Pero no todo gira en torno a trabajos terminados sino que también apoyan algunos en estado de germen. De hecho esta es una de las novedades de esta edición, el proyecto Me, myself and Ien torno a solos que están siendo aún pensados. "Ya que el certamen no acepta solos este año invitamos a coreógrafos a presentar entre 3 y 6 minutos del eje de una nueva idea en solitario", explica la directora.



Otra de las novedades es Gracias, por favor, una sección enfocada a proyectos que están a medio camino, propuestas que no están terminadas del todo. "Estamos generando diferentes capas de apoyo", comenta. Además, una de las coreógrafas más importantes, Amy Bell, imparte el taller Hombro con hombro, un proyecto ideado para hablar de distintos ámbitos de creación dirigido a la colaboración cuando un bailarín está trabajando en un solo. "Hemos dado cinco becas y se van a presentar cinco propuestas en Conde Duque pero no en el escenario sino en espacios no habituales antes de la apertura de puerta y durante los descansos". 

Como cada año, son 20 los coreógrafos escogidos para participar en el Certamen y mostrar su obra al público. La selección se hace a través de vídeos porque los medios de los que disponen, explica Kumin, no llegan para hacerlo en directo. "Se busca el potencial de una voz propia, un creador que tenga un toque individual", añade. Además, tienen una apuesta firme en cuanto a los requisitos para poder presentarse. Por un lado ser español, ser español residente en el extranjero o, por último, ser extranjero afincado en nuestro país. "Hay dos razones para esto. Por un lado la falta de presupuesto y el otro es que Madrid tiene una enorme oferta cultural a lo largo del año, de modo que ¿qué valor tendría crear un plataforma internacional? Los coreógrafos españoles también quieren ser vistos aquí así que quisimos abonar el terreno", detalla la directora del Certamen. 


Son ya 28 años al frente de esta cita que ha ido evolucionando y se atisba el cambio. No obstante, continúa Kumin, no se cuenta con demasiado apoyo pero el evento se va renovando. Lo importante, de todos modos, opina que es la manera en la que incidir en el futuro de los creadores que, al mismo tiempo, es el futuro del público. "Me preocupa que la cultura, al igual que la educación, dependa tanto de la política, porque si cada vez que entra un partido nuevo todo cambia, no da tiempo a madurar los proyectos y genera frustración", critica. Por otro lado, es de las que cree que los bailarines ahora trabajan con todo lo que pueden para generar puentes. Una dinámica más ágil en la que se van ajustando las ambiciones, que no la creatividad. "La gente que quiere arriesgar lo hace a pequeña escala o se marcha fuera. A mí, personalmente, los proyectos internacionales me suponen un balón de oxígeno", sentencia.

"La formación ahora es más ecléctica"

Laura Kumin lleva muchos años en el mundo de la danza y ha asistido a un cambio en la manera de formación de los jóvenes dentro de esta disciplina. Por un lado, diferencia entre la preparación para la profesión y, por otro, en cuanto a cómo manejar sus carreras y su futuro. En torno al primero de los casos cuenta que ahora son más eclécticos, no solo físicamente sino también acerca de las técnicas de danza y las técnicas corporales. Los intérpretes ahora estudian múltiples maneras de preparar el cuerpo, un cuerpo menos académico. Cuenta que los bailarines para ballet clásico deberían tener un dominio del contemporáneo y la capacidad de contribuir a nivel creativo. Se trata de las nuevas demandas de este arte. "Las propuestas tienen en cuenta la variedad de lenguajes", sentencia. 

En esta dirección se mueven otras dos de los talleres paralelos programados para las jornadas de esta edición. Por un lado, uno de ellos conjuga la danza con el periodismo. Dos disciplinas, aparentemente, diferentes que tienen su punto de encuentro en el papel entintado. Es el séptimo año que realizan este taller en el que se tiene en cuenta el interés de acercarse a la danza desde la escritura.Por otro lado, "hay alumnos que viven la danza con la mente pero a la hora de articularlo en palabras les cuesta", analiza Kumin. Una problemática que afecta no solo a la hora de escribir una crítica de un espectáculo sino a la hora de poder describir el proyecto. De este modo, se abre las puertas a los "periodistas para entrar en la danza y a los coreógrafos en el proceso de escritura.  


Incluso cuentan con un proyecto para la igualdad y la visibilidad. Una especie de apoyo social a un colectivo aún discriminado. En La escenificación del géneroparticipan cuatro socios. Dos de ellos directamente relacionados con asociaciones LGTB. "Lo considero no solo desde el aspecto cultural y de creación sino también desde la libertad y la visibilidad que son valores muy básicos". La identidad sexual, al fin y al cabo, es una cuestión relacionada con el cuerpo. Se trata de "una manera de sacar el tema a una plataforma más amplia que la habitual", concluye Kumin. 

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