Carles Santos: "En vez de aplaudir, lloro"



Fuente: Saioa Camarzana (elcultural.es) | Foto: Carles Santos

Carles Santos (Vinaroz, 1940) presentó en el Teatre Grec su pieza Canturia cantada en la que recopilaba algunos fragmentos de sus espectáculos como Montenegro, Tramuntana tremens y La meua filla sóc jo. Actualiza ahora la pieza con la incursión del Coro de la Comunidad de Valencia y añade motetes de Tomás Luis de Victoria, un genio de la música renacentista por el que siente debilidad. Se lo tomó como un reto y ahora presenta la performance en este sábado con la que inaugura el Festival de Verano del Teatro Auditorio de San Lorenzo de El Escorial. Además, de cara al verano comenzará los ensayos de un nuevo proyecto para el Teatro Nacional de Barcelona.

Participa en el festival de verano de San Lorenzo El Escorial con Canturia Cantada. ¿Qué vamos a poder escuchar?
Es buena parte de la música coral que tengo, versos etc. Un montaje parateatrado, no hay escenografía, ni vestuario, pero siempre están moviéndose. No paran, saludan y la gente aplaude. Como si estuvieran en Sol cantando. La voz humana ha penetrado por los lugares más insólitos. Es una manera de expresarme cantando.

La novedad frente a la pieza presentada en el Grec es la incorporación al repertorio de temas de Tomás Luis de Victoria. ¿Cuál es la importancia de recuperar el sonido de este artista del Renacimiento?
Era un pequeño desafío, pensé: 'por qué no te pones en evidencia'. Y Tomás Luis de Victoria es una debilidad que tengo. Se descansa mucho y luego recuperas el equilibrio emocional. Hay dos descansos musicales y él es un maestro. Yo no soy músico de coros, hago cosas corales pero no pertenezco a ninguna coral y siempre me ha fascinado. En vez de aplaudir lloro. 

¿Cómo ha sido el trabajo con Coro de la Comunidad Valencia?
Es un coro con el que tengo una larga historia, empezamos a colaborar hace 20 años. Es uno de los mejores coros del país, es enorme y lleva mucho años trabajando, tienen muy buenas voces, buenos maestros que lo dirigen y mucha fuerza y empuje. Es espectacular, lo hacen con ganas. Será un placer verlos en El Escorial. Han asumido este papel de actores-autores y lo hacen con sabiduría y con ganas, que es lo necesario.

¿Cómo fue la selección de las piezas que iban a formar parte de Canturia Cantada?
No lo sé. No me acuerdo. Me pidieron y seguro que dudé. Cuando lo montamos seguro que cambiamos alguna cosa. Aunque desde entonces no recuerdo haber hecho cambios. Tenía una idea de lo que tenía que ser.

¿Cuál es el hilo conductor que une a todas las piezas? 
En el programa hay cosas sobre los Borgia, sobre obras mías diversas como Ricardo y Elena y Tramuntana tremen. Es una dirección que se realiza sin excesos y si los hay tienen que estar en el lugar adecuado. Hay que ordenar el trabajo, como lo hacen los escritores, los artistas, todos. 

¿Qué es lo que le inspira cuando se propone un nuevo proyecto?
Las noticias que te dan de que no hay dinero, creo que nos asombra más esto aunque no tiene romanticismo. Te dicen que cobrarás dentro de seis meses o no, el gobierno cambia y lo más desagradable es la parte administrativa, que va como alguien quiere que vaya.

¿Qué nos puede decir de la puesta en escena?
No hay elementos teatrales. Yo estoy delante del lugar y hay algo de danza. Es una tarima equilibrada porque no son muchos y es muy sencillo. Hay movimiento, desplazamiento y la gente se reincorpora. Pero por mucho que se muevan y hagan alguna performance sigue siendo un concierto coral.

En su experiencia, ¿cuál es el público que acude a este tipo de espectáculos?
En Valencia, como se hace en la universidad tienen el hábito hacerlo en el claustro, y cada uno hace una cosa. Hay público que viene por la noche y hacen fiestas y también estamos nosotros. Es uno de los lugares más reconocidos de Valencia.

¿Cómo ve el panorama cultural hoy en día?
No es un buen momento, no solamente la gente en sí sino los teatros y las salas de conciertos se están quedando sin subvenciones. Lo curioso sería saber si es casualidad o es algo premeditado. Da la sensación de que el país va bajando la calidad de las cosas. Se confunden y las consecuencias son tremendas. 

¿Qué se debería hacer para fomentar su consumo?
Cambiar muchas cosas. Han cambiado pero hay que abrir un nuevo camino. No lo sé, seguramente si fuera gestor tendría una respuesta rápida. Creo que se ve y se nota cómo van las cosas. Las programaciones son tendenciosas. Claro que hay cosas buenas que lo serán siempre pero la falta de facilidades hace que las cosas tengan un interés relativo en un país con cosas fantásticas y gente que trabaja mucho. El problema no es de la gente sino de quiénes nos administran. 

¿Tiene algún proyecto entre manos?
Tengo un proyecto pero empezamos a ensayar en verano para el Teatro Nacional de Barcelona. Es otro tipo de experiencia, más musical, teatral, nada coral. Hay la posibilidad de hacerlo y eso es lo importante. Con menos posibilidades y con un soporte más controlado pero esto no impide hacer cosas interesantes.

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