AIRE



IDEA ORIGINAL y DIRECCIÓN: MIQUEL G. FONT
DRAMATURGIA: MARC CHORNET
COREOGRAFÍA y COMPOSICIÓN MUSICAL: MIGUEL G. FONT
INTÉRPRETES: GEORGINA AVILÉS SARRIAS, EMMANUEL DOBBY, MAYA GÓMEZ, JUSTYNA KALBARCZYK, JORI KERREMANS, NIMROD POLES, TIMEN STEMERDING y LAIA VANCELLS PI
ACTOR INVITADO: JAUME MADAULA
INTERPRETACIÓN MUSICAL: COR CIUTAT DE MATARÓ
DURACIÓN: 80min
FOTO: ALFRED MAUVE
PRODUCCIÓN: GREC 2017 FESTIVAL DE BARCELONA y HABEMUS CORPUS
MERCAT DE LES FLORS (MAC, GREC 2017)

Ocho personajes acaban de morir, se encuentran en el limbo con la incertidumbre de seguir el camino que les marca la muerte o dar vuelta atrás. Basada en hechos reales, según afirma su creador Miquel G. Font, la pieza es una mezcla de lenguajes, movimiento, danza, música y audiovisual.

Contando con la dramaturgia de Marc Chornet, era de esperar que ésta estuviera mejor estructurada que la que encontramos. Cuatro partes bien diferenciadas: el inicio con un corto que nos explica como han llegado hasta allí, el despertar del sueño, el descubrimiento de su nueva realidad y la transición o no hacia la nueva realidad. 

El espectáculo tiene un gran problema, aún partiendo de una buena idea, la ejecución del tiempo lastra cualquier posibilidad de disfrute. Tanto las escenas de descubrimiento de la nueva realidad como la de transición hacia ella están excesivamente alargadas. Movimientos repetitivos, una repetición extenuante que se traslada también al espacio sonoro. La música acompaña a la perfección a todo este conjunto de repeticiones sin fin y lo que al principio resulta hasta molesto después se convierte en un elemento más, que si no te fijas ni lo escuchas.

Con algunos momentos de danza en su sentido más clásico, Aire se centra sobre todo en el movimiento orgánico de los cuerpos de los protagonistas. Y quizás hubiera sido la parte que resultara más interesante de todo el montaje, pero es ahí donde reside el cúmulo de repeticiones. Sin duda la parte coreografiada de todos los personajes al unísono saca al espectador del ensimismamiento y le mete por un instante de nuevo en la pieza. 

En la parte final destaca la incorporación del Coro Ciutat de Mataró que cierra la pieza de forma impactante a modo de requiem. Quizás los minutos finales, una vez acabada la dura y pesada cuenta atrás (cronometrada) sea lo más interesante de la obra, aunque por sí sola no sea suficiente para salvar el espectáculo del abismo.

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