BODAS DE SANGRE



TEXTO: FEDERICO GARCÍA LORCA
DIRECCIÓN y ESPACIO: ORIOL BROGGI
CREACIÓN MUSICAL: JOAN GARRIGA
INTÉRPRETES: IVAN BENET, ANNA CASTELLS, NORA NAVAS, PAU ROCA, CLARA SEGURA, MONTSE VELLVEHÍ y JUGUETÓN
MÚSICS: JOAN GARRIGA, MARIÀ ROCH y MARC SERRA
DURACIÓN: 1h 50min
FOTOGRAFIA: BITO CELS
PRODUCCIÓN: LA PERLA 29
BIBLIOTECA DE CATALUNYA


Tercero y último Lorca de la temporada. Reparto de lujo y una obra que quien más quien menos pone los pelos de punta. Quizás sea una de las obras que más ha sufrido el paso del tiempo, a nadie le debería escandalizar el adulterio ni las rivalidades entre familias, pero lo que sí escandaliza, o al menos debería, el profundo machismo que destila. Oriol Broggi ha sido muy fiel al texto, lo ha vuelto a llevar a su terreno, a esa Biblioteca de Catalunya, a esa tierra, a esa Andalucía.

Con la platea a cuatro bandas, hay que aprovechar todo el espacio para colocar una silla más, las entradas han volado, mi situación de privilegio, bien aconsejada, en la segunda fila de una de las gradas paralelas. Juguetón camina, trota pero tengo la suficiente distancia para que lo vea como si tuviera delante una pantalla. Una concesión de la obra, más allá del titular, la presencia de una caballo vivo en directo no aporta nada más que la incertidumbre de saber si estará bien domado o no. Una simple proyección, espacio sonoro o incluso realidad aumentada hubieran hecho el mismo efecto.

El cartel encabezado por Clara Segura y Nora Navas ya promete. Dos de las grandes en escena, y la verdad es que es todo un gustazo ver cómo desgranan las frases de Lorca, poesía pura. Lo que no logro entender es el cambio de personajes de la primera escena, quizás en busca de un lucimiento de la Clara Segura, ya desde bien empezada la obra, pero a tenor por la cantidad de escenas de las que es protagonista, no haría faltar despistar al espectador.

Al mano a mano de damas, le acompaña un excepcional Leonardo, interpretado por Ivan Benet, brillante en cada réplica pero que alcanza su culmen con el duelo poético que mantiene con la Novia, Clara Segura. Montse Vellvehí nos regala los momentos con más comicidad de la pieza dramática en su papel de criada.

Uno de los elementos por los que guardaremos estas Bodas de Sangre en la memoria es por el espacio sonoro de Damien Bazin y por la estupenda banda sonora de Joan Garriga. Todo un viaje, sin movernos del asiento (nuevos por cierto, pero igual de incómodos) a esa Andalucía de sueños, de cuentos y de algunos tópicos. No entiendo, pero la inclusión del catalán en una de sus letras, demasiado hermanamiento. 

Pero sin duda el elemento más flojo de la función es la iluminación firmada por Pep Barcons, no es que la Biblioteca de Catalunya sea un lugar fácil de iluminar y menos con una poco acertada disposición del espacio escénico a cuatro bandas, realmente parece que sería más propicio hacerlo a dos, a tenor por la cantidad de sombras con las que se “alumbran” los personajes. Demasiados momentos a oscuras, el ambiente sonoro es importante, pero Bodas de Sangre es una obra de piel, y la piel te la da una mirada, una expresión.

Y mientras la sangre es derramada, me doy cuenta de que no se me han puesto los pelos de punta, de que ha faltado no sé qué que me erizara la piel, ese sentimiento de haber visto una obra maestra, inolvidable. Se agradece el viaje a Andalucía, ver un reparto interpretar con una naturalidad aplastante la difícil poética lorquiana pero esta vez el duende no me ha embrujado.

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