LA PELL ESCRITA


de MANEL BONANY
dirección MANEL DUESO
intérprete MÍRIAM MARCET
duración 65min
fotografías GENIA BADANO
producción IRISPLOT
SALA ATRIUM

He de admitir que no afronto 'virgen' al tema, y eso, a veces puede ser un problema. Una de las obras que va dejar su poso en este tema, y que quizás a muchos les va abrir los ojos ante esta problemática social, fue Limbo. La pell escrita, a pesar de tratar el mismo tema, no tiene nada que ver.

No hay duda que el texto busca atraer la atención del espectador desde la primera línea, "Si soy o no soy una mujer. Para eso han venido. Estúpidos". Toda una declaración de intenciones que pone al espectador en alerta, no es un montaje que le será fácil de digerir y eso ya nos gusta.



Una mujer transgénero, confinada entre el hombre y la mujer y entre la vida y la muerte comparte las sensaciones de su vida, el trato con el resto de la humanidad y radiografía los problemas que aún hoy en pleno siglo XXI se encuentran los transgénero en los países supuestamente desarrollados.

La dirección de Manel Dueso ha optado por enfatizar la palabra, llevando su poética hasta su máxima expresión. No hay ni una sola palabra que esté dicha al azar. Dueso ha sabido remarcar a la perfección las palabras con los gestos precisos y una puesta en escena que da que pensar.



La primera sorpresa del espectador se la encuentra nada más entrar en la sala, en una pensada oscuridad, que se irá aclarando con el paso de los minutos. Sentarse en primera fila es un primer acto de valentía, que se verá recompensado por disfrutar a escasos palmos de una mirada más que esperanzadora que recibes del personaje.

A pesar de que nos encontramos delante de un personaje muerto, nunca una muerta estuvo tan viva. Los ojos vidriosos que Míriam Marcet aporta al personaje nos trasmiten sufrimiento, pero también nos desvelan que detrás de la careta hubo momentos de felicidad y que ahora no sólo está pagando deudas del pasado si no se está riendo de los pobres mortales que nos quedamos en la faz de la Tierra.



Hay momentos sobrecogedores, de esos que tienes el  corazón en un puño, algunos de ellos bajo un himno que ha acompañado a generaciones, a toda la humanidad, Heroes de David Bowie o el relato que hace de los hombres que han pasado por su vida. En esos momentos la normalidad es total, dejamos de ver a un ser con género a ver simplemente a una persona.

La pell escrita es un texto escrito hace 17 años por Manel Bonany que intenta huir de los tópicos que normalmente acompañan a este colectivo y en buena medida lo consigue, sólo hay pequeñas pinceladas de alguno de ellos, como puede ser el descubrimiento que la protagonista tuvo con respecto a su género. En algún momento alude a que le gustaba vestirse con la ropa de su madre. Aunque se queda en un mero detalle me hubiera gustado escuchar otra cosa.



La puesta en escena representa una sala de autopsias llena de cajas donde los humanos tendemos a meternos, una etiqueta, al menos, para cada persona, las impuestas y las auto impuestas. En este caso la muerte puede que suponga una liberación de un cuerpo que para much@s no deja de ser nunca extraño, que nunca consiguen hacerlo propio y habitable. 

Lo que parece que sí que tenemos claro es que esta noche la autopsia nos la han hecho a los espectadores, eso sí, no ha hecho falta bisturí, nos han abierto el alma poética a bocajarro.

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