LENI



autores VALÉRIA SCHULZOVÁ, ROMAN OLEKSAK
dirección PAVEL BSONEK
traducción NÚRIA PUIGCORBÉ y PAVEL BSONEK
intérpretes MONTSE GUALLAR, SERGI MATEU, MINNIE MARX y CARLES GOÑI
voz en off SERGI MARCOS y PAVEL BSONEK
duración 85min
fotografías XAVIER GARCIA y BELEN MATEO
producción EXQUIS TEATRE
SALA MUNTANER

Después de seguir con más o menos regularidad el Projecte Cicatrius de Exquis Teatro me asomo con curiosidad a este encuentro 'televisivo y ficticio' de dos personajes reales: Johnny Carson, presentador estrella de un late night americano y Leni Riefenstahl, una de las directoras de cine más grandes del mundo, que fue aupada a la fama gracias o debido a las películas que hizo para el Tercer Reich.

La intención de ficcionar este supuesto ajuste de cuentas con la justicia a través de una cámara de televisión es una buena idea, a la que se le debía haber sacado más jugo. Más allá del texto, la dirección conservadora de Pavel Bsonek se centra en preservar la palabra. Para los que hemos estudiado comunicación política, y los late night fueron y son una buena arma política, quizás buscábamos que tanto entrevistado como entrevistada fijaran su atención al mismo nivel en los gestos, lenguaje no verbal como en las palabras.



Un buen comienzo es la rotura de la cuarta pared, a veces tan difícil en plateas a la italiana y con escenario alzado. Esta opción, que desconozco si ya venía incorporada en el texto, ayuda a un ambiente lineal de la entrevista que se convierte, como muchas otras, en un simple partido de tenis y que abusa en ciertos momentos de la verborrea.

A nivel interpretativo, la pareja Montse Guallar y Sergi Mateu se llevan todo el protagonismo. Ambos tiran de oficio para suplir los momentos más estáticos del texto. A pesar de lo cual, Montse Guallar sale ganadora de los embates dialécticos, su personaje llega más e, incluso, dejas de pensar en su pasado  de colaboradora nazi y consigues empatizar y llegar a ver a una persona que lucha por dejar su pasado atrás. Sergi Mateu dibuja un Johnny Carson que necesitaríamos verle en blanco y negro. Tanto color difumina innecesariamente la época de los hechos. Aunque sus gestos nos trasladen irremediablemente al pasado.

La aparición de Minnie Marx descarga de dramatismo la acción y otorga unas risas inesperadas. Es el Macguffin de la velada. Por su parte, Carles Goñi, actúa como manager o asesor de Leni. Su personaje, aunque justificado, se mueve en una franja excesivamente gris y no acaba de despegar.



La escenografía es funcional, la iluminación de Frantisek Fabian recurre a una gama de colores que es un intento de destacar el carácter de entretenimiento de la velada, pero que no encaja en el cuadro general del espectáculo. Simplemente es una nota para que el espectador no se acabe de creer del todo que lo que está presenciando, que no olvides que es ficción, teatro dentro de teatro.

Leni es una muestra más de que la fuerza de los medios de comunicación y cómo todos en una medida u otra podemos ser cómplices de un poder que inunda todas las facetas vitales. No olvidar es la única medicina para no repetir. Y Leni nos los vuelve a recordar.

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