ORLANDO BOOM



texto y dirección DOBRIN PLAMENOV
intérprete CARLES ROIG
duración 75min
producción CIA LA BONDAGE
LLUÏSOS DE GRÀCIA

Reconozco que su título me despertó la curiosidad suficiente para abrir el email de presentación entre la pila que se amontona en mi bandeja de entrada. Una vez superada la primera referencia errónea al conocido actor, ponemos el foco en la ciudad de Orlando y en la tragedia que sufrió la comunidad LGTBQI en el escenario del Pulse. De ahí parte el monólogo, pero ese punto de partida se olvidará en segundos, los que tardamos en dar forma a una historia mucho más compleja.

La muerte como tema principal, pero no en el término general sino en de la propia muerte, eso que para muchos es tabú y otros preferimos ni pensar. El protagonista del montaje ya ha muerto, asesinado por esos que no aceptan la diferencia, y es entonces cuando el mundo de la fantasía entra en escena. Una irrealidad que le hace imaginarse todo lo que le hubiera gustado conseguir si estuviera vivo.



Su limbo particular será un escenario teatral, donde nos recibe mientras preparada un espectáculo que honrará la belleza mientras espera que el amor de su vida aparezca, hoy es el día, hoy llega ese amor tan esperado. Xevi Oró ha diseñado una escenografía de ensueño, práctica y que constantemente da juego a las acciones del personaje. 

El diseño de luces es una de las piezas más importantes del espectáculo. Irene Ferrer nos hace entrar en el mundo de ensoñación desde el primer minuto, aunque es discutible su acción de más sombras que luces en los minutos finales que dificultan la visión en determinados lugares de la sala.



Pero pese a que el montaje requiere de una fuerza especial en lo que se refiere a la técnica, la voz cantante la lleva el intérprete, Carles Roig por el transcurren las diferentes etapas de percepción de una toma progresiva de contacto con la situación. Roig despliega un sorprendente abanico de versatilidad y de golpes de efecto que ayudan a entender el mundo y los conflictos internos por los que transita el personaje. 

El espacio escénico no ayuda al montaje. Los Lluïsos de Gràcia con platea a la italiana y con escenario alzado no sería la mejor disposición para un montaje como el de la Compañía Bondage, que se ha especializado en un teatro intimista y de una poética que indaga el dolor humano

Durante buena parte del ensayo general, que es en lo que se basa esta crónica/crítica me imaginaba el mismo montaje en platea a cuatro bandas con escenario en el centro y a pie de público. La cercanía entre el actor y el público propiciaría una sensación de comunión de la angustia existencial del personaje, que ahora sólo nos llega a retazos.



Orlando Boom es una residencia artística de los Lluïsos Teatre al que le falta un necesario rodaje (normal en estos casos) que pula algunas aristas y que me encantaría volver a ver después de un tiempo, en un escenario que le haga más justicia. Y por supuesto, la hasta ahora desconocida Compañía Bondage, se ha ganado mis ganas de seguir descubriendo sus poéticas futuras.

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