GOSSOS DE NEU


dirección y dramaturgia BEGOÑA MORAL
traducción JOAN CALSINA
intérpretes NÚRIA ROCAMORA, GENÍS SENDRA y BLANCA GARCÍA-LLADÓ
duración 80min
fotografías MAX RUBERT
producción PARADISO 99
ÀTIC 22 (TEATRE TANTARANTANA)

Atraída por la poética que Begoña Moral acostumbra a dar a sus espectáculos acudo a ver estos Gossos de Neu. Creo que en esta ocasión es sin duda lo más significativo del espectáculo. Historias entrelazadas de personajes entorno a la muerte de Albert Camus que quedan un poco excesivamente teñidas de una oscuridad extraña y de personajes que necesitan un poco más de definición.

A medio camino entre el teatro documental, el teatro físico y el teatro de texto, Gossos de Neu es una mezcla a la que le falta homogeneidad y que necesita un espectador atento a no perderse entre la maraña de personajes, de relaciones y de idas y venidas.



Con una puesta en escena cargada de recuerdos, Nina Tuset diseña una escenografía que retrata el caos de vida que señala el texto y que los personajes por ende guardan en sus memorias. El que sí traslada al espectador a lo más profundo de las mismas es el diseño de iluminación de Helena Torres, que aunque el Àtic22 siempre apueste por espectáculos más minimalistas, con poco en este caso se consigue mucho.

El montaje sorprende con un inicio nada convencional, donde el teatro físico gana a la palabra. Por desgracia, enseguida deja paso al teatro de texto, la cual cosa no es la mejor de sus decisiones. El espectáculo ganaría en poética si hubiese optado por dar más peso al teatro físico y dejar en segundo plano la parte más textual. 



Las tablas de Blanca Garcia-Lladó se notan cuando se mueve como pez en el agua ya sea en el papel de narrador o de mero observador de las acciones de sus compañeros. Un texto con una densidad  y profundidad como Gossos de Neu adquiere otro nivel cuando la persona que lo pronuncia se preocupa que ritmo, tono y entonación estén equilibrados. Y en eso García-Lladó es sobresaliente.

Sus compañeros de reparto, Núria Rocamora y Genís Sendra brillan más en los momentos de teatro físico que en las partes de texto, muchas de ellas poco definidas y faltas de interés. Lo que no logro entender es los gritos de los personajes en la última parte de la obra. En una sala tan pequeña como el Àtic22 están de más.



La parte audiovisual de la parte final debería ganar más protagonismo a lo largo de la obra, serviría para reducir el exceso narrativo que envuelve el texto. A pesar de lo que Gossos de Neu es un montaje interesante, al que los medios a su alcance no le han permitido hacerlo del todo imprescindible.

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