HÀBITAT (DOBLE PENETRACIÓ)


dirección ROGER TORNS
textos base CARLA LINARES, MAR PAWLOVSKY, LAURA DAZA, MARIA HERNÀNDEZ, PABLO MACHO, JAUME VIÑAS i ROGER TORNS
dramaturgia ROGER TORNS
intérpretes DIANA GÓMEZ, GEORGINA LATRE, MARIA HERNÀNDEZ, JAUME VIÑAS y RAFA DELACROIX
duración 70min
fotografías ORIOL GUILLEM
producción H.I.I.I.T
SALA ATRIUM

Estamos de enhorabuena. No recuerdo la última vez que coincidieron en cartelera tantos montajes con un perfil rupturista con el teatro convencional y con un espíritu tan joven. Algo está cambiando y esperemos que no sea flor de un día.

Uno de ellos es Hàbitat (doble penetració), primer premio en la Beca Desperta de este año, un espectáculo que crítica la sociedad actual donde todo pasa por una pantalla, y donde hemos dejado de mirarnos a los ojos, de tocarnos y lo hacemos todo por y para el foco. Pero los sentimientos son universales y no hay cámara que los cambie. La insatisfacción, la infelicidad, el amor... presentes y reales, incluso cuando se acaba el life direct.



Al contrario de lo que le pasa en otras artes, al teatro es al que más le ha costado incluir el móvil en sus espectáculos, el miedo a los ruiditos que tanto molestan, a las pantallas que iluminan media platea. Pues aquí en silencio, con la pantalla baja de luz pero el público se convierte en amo y señor y decide si ve el montaje a través de la cámara de su dispositivo o a través de su iris.

No es fácil hacer Insta Stories, grabar o hacer fotos mientras te enteras de las historias, pero la experiencia merece la pena por lo peculiar y lo fuera de lo normal. Siempre y cuando se respete al público, que asiste sólo con dos ojos a ver el espectáculo.

Delante del plantel de historias: suicidio en directo, una escritora de odia trabajar en un coworking, relaciones esporádicas en la red... todo sucede de noche, en el mismo barrio, todo en directo, todo es retransmitido y los espectadores, impávidos o no, reciben los "disparos".



Como la vida misma, interpretaciones donde la naturalidad es la máxima. Expuestos más que nunca a ser juzgados por el público. La mezcla de crítica, realidad y ficción, con unos textos que conjugan la poética con un tipo de lenguaje más descarado y sin prejuicios. 

La escenografía de Albert Ventura y Alejandra Lorenzo no puede ser más apropiada, personajes atrapados en su propia pecera, burbuja mental con dos planchas de policarbonato que no sólo actual como pantalla sino que en ella pasan las cosas más "salvajes" de la pieza.

La platea debería estar llena de esa generación millenial y Z que no encuentran propuestas teatrales a su gusto. Para los no milenial es una radiografía de esta generación y, supongo que de las venideras, aunque a veces como todo se escape y se apodere de la sociedad entera, sin importar edades.

La Sala Atrium anuncia que el montaje volverá en breve. Ya no hay excusa por dejarse atrapar por esta pecera de vanidades llena de vida. Un montaje   que no te puedes dejar perder. Ah y no te olvides el móvil en casa!

No hay comentarios:

Publicar un comentario