FALSESTUFF


dramaturgia y dirección NAO ALBET y MARCEL BORRÀS
colaboración en la dramaturgia y en la dirección LISABOA HOUBRECHTS
intérpretes NAO ÀSALBET, MARCEL BORR, JANGO EDWARDS, NABY DAKHLI, THOMAS KASEBACHER, VICTOR LAUWERS, DIANA SAKALAUSKAITÉ, LAURA WEISSMAHR y SAU-CHING WONG
duración 190min (con entreacto)
fotografía KIKU PIÑOL
producción GREC 2018 FESTIVAL DE BARCELONA, TEATRE NACIONAL DE CATALUNYA y ASSOCIACIÓ UNS NOIS QUE FAN TEATRE
SALA PETITA (TNC, GREC 2018)

Una nueva vuelta de tuerca al teatro marca de la casa de los que un día fueron (y quizás lo siguen siendo) los Enfants Terribles del teatro catalán. Por si no lo habían hecho lo suficiente hasta ahora se proponen dinamitarlo todo, teatro, conciencias, espectadores, salas... de esta batalla nadie sale indemne.

Como en otras ocasiones tiran de referentes cinematográficos, el más claro quizás Tarantino, pero por momentos también se vislumbran ciertos toques de Monty Python; del mundo del juego: rol, videojuegos; del teatro europeo, el de hoy y el de hace unas décadas, de las series, y de todo aquello que les pueda haber pasado por sus retinas. Falsestuff es un tótum revolutum del sinsentido pero lleno de significado.



Más de tres horas de duración con uno de los casting más multinacionales que he visto y sobre todo con actores multidisciplinares. Aquí todo el mundo sabe y hace de todo. Ríete tú de la Torre de Babel, sus once idiomas en escena (con sobretítulos) demuestran que no hay la lengua más universal que no nazca de la mezcla.

El montaje es como una gran muñeca rusa donde van sacando personajes y escenas. La primera escena, quizás la más importante para capturar la atención del espectador, Sau-Ching Wong se marca un más que interesante sólo de danza. Aunque sin duda, la traca final, toda la parte que sigue al entreacto es lo mejor del montaje. Para entonces la farsa ya ha estallado y el disfrute se siente desde platea.



Falsestuff demuestra que de pequeña, la Sala Petita sólo tiene el nombre. Creo recordar que no había visto un despliegue escenográfico similar en esta sala del TNC. A más de uno le gustaría pasearse entre "cametes" para ver cómo encajan las piezas fuera de escena. Adrià Pinar en colaboración con Oscar Van Der Put son los creadores de esta obra de ingeniería.

Otro de los puntos fuertes de los montajes de Nao Albet y Marcel Borràs son los "efectos especiales", más conocidos como diseño de iluminación, en este caso de Cube Bz, muy reconocible; y la composición musical y espacio sonoro del mismo Nao Albet que acompaña perfectamente a un diseño de sonido de Albert Balada.





A pesar de la disparidad interpretativa de los actores, el conjunto no desentona y le da, más si cabe, un aire del todo singular al montaje. El crecimiento de los dos protagonistas se ha ido viendo montaje tras montaje, no es nada nuevo. El atrevimiento llega de querer, de cada vez, jugar más, de aceptar más roles dentro del mecanismo teatral y salirse con una enorme solvencia. 

Y aunque sea su espectáculo y sean ellos los protagonistas, ha habido alguien en ese reparto que réplica tras réplica me ha erizado la piel, Jango Edwards. Sin duda él es el montaje, en cualquiera de sus formas, en todas y cada una de sus escenas. Es brillante. Toda una delicia de interpretación.

Durante un momento en la obra se nos pregunta si todo está inventado. En el caso de que tu respuesta sea afirmativa, Falsestuff reinterpretará hasta la última coma para intentar hacerte cambiar de opinión. Si por el contrario es negativa, te reafirmará aún más el pensamiento. Sea como fuere, déjate atrapar en su interrogación!

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