SI TINGUÉSSIM MÉS COCA ET DEMOSTRARIA COM T'ESTIMO


autor JOHN O'DONOVAN
adaptación ALBERTO DÍAZ y GEMMA BELTRAN ANIENTO
traducción GEMMA BELTRAN ANIENTO
dirección ALBERTO DÍAZ
intérpretes MARC BALAGUER y PAU ESCOBAR
duración 75min
fotografías JUDITH GÓMEZ, XAVI GARCÍA, JOEL HOWELS y CARMEN GARCÍA
ÀTIC22

No hace ni un mes que Twitter estaba colapsado de historias personales de vivencias LGTBI+ bajo la etiqueta de #MeQueer. Aquellos niños y adolescentes que fuimos y que no teníamos ejemplos conocidos en los que sentirnos identificados sobre lo que nos pasaba no era una enfermedad contagiosa que tuviera que ser eliminada. Todo esto me pasaba por la cabeza mientras veía este montaje, ¡qué suerte tienen los adolescentes que ayer llenaban la terraza del Tantaratana con una historia que empatice con sus vidas!

Una noche de San Juan en una ciudad pequeña, mientras esperan a que comience la fiesta los dos protagonistas tienen (aparentemente) todo lo que necesitan: alcohol, pasta, drogas y el uno al otro, pero están atrapados en la terraza de un edificio porque les persigue la policía, mientras esperan comienzan a salir las verdades.



Si tinguéssim més coca... es una comedia romántica agridulce. Por más coca que se tomen, nuestros protagonistas son unos perdedores porque son incapaces de enfrentarse a un mundo que no para de darles la espalda. Con un cierto toque de road-movie, el montaje tiene giros de ternura que dejan entrever la verdadera naturaleza de ambos protagonistas. La supuesta careta de "malotes" vitales deja paso a una humanidad que sorprende. 

Tanto Marc Balaguer como Pau Escobar transitan con gran acierto por estos personajes que se van rompiendo y destapando su verdadera cara a lo largo del espectáculo pero me quedo con la interpretación completamente desde las entrañas de Marc Balaguer, quizás el que más fachada externa de "malote" tiene, en un primer momento, y que se "desnuda" en una sorpresiva ternura provocada por un profundo sentimiento de soledad y dolor.



Si tinguéssim més coca... nació para representarse en el proyecto Terrats en cultura, que como su propio nombre indica son montajes que se representan en terrazas, patios... de diferentes barrios de Barcelona. Por eso la terraza, en el último piso del Teatre Tantarantana, le sienta como un guante al montaje. Alberto Díaz ha sabido encontrar la manera de trasladar la acción al pequeño espacio compartido entre escenario y mini platea. La verdad es que no hay sensación alguna de angustia más allá de lo que se describe en el texto. Sin duda, la acción fluye acompañada de un público ávido por disfrutar de una buena historia. Y el resultado se nota en los aplausos que denotan un amor por lo que acabamos de ver, un amor por las pequeñas grandes historias, siempre tan necesarias.

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