Se estrena 'La importancia de ser Frank'


En un escenario de parterres y suelos que suben y bajan accionados por cuerdas, símil de una sociedad movida por hilos y en la que nada es lo que parece, transcurre la adaptación de La importancia de ser Frank, de Oscar Wilde, traducida, dirigida y protagonizada por Iván Campillo.

El director teatral ha presentado hoy el espectáculo sobre la obra original del autor de origen irlandés estrenada en 1895 con el título The importance of being Earnest que se representará a partir de este viernes en lengua catalana, en el Teatre Gaudí de Barcelona.

Obra emblemática de Wilde, es una crítica a la sociedad victoriana que se escondía en un juego de máscaras y jugaba a la hipocresía, ha explicado Campillo.

A juicio del director, esa crítica se puede trasladar a lo que pasa hoy en día "con lo políticamente correcto, cosas que tienes que esconder porque no quedan bien, a tener que actuar de cierta manera en ciertos sitios".

Todas las acciones en la obra despiertan una sonrisa típica del humor inglés que en su opinión "tiene un cierto parecido con el catalán y la prueba es que todas las comedias británicas programadas en televisión tienen más éxito en Cataluña".

Es una comedia de enredos, falsas identidades, una alta comedia, muy divertida, sutil y llena de diálogos brillantes que apuntan a la inteligencia del espectador, indica Campillo, que define a Wilde como el precursor de las actuales sitcoms.

The importance of being Earnest hace una docena de años que no se representaba en Catalunya y Campillo la ha puesto en escena jugando con el título, como hizo Wilde con el nombre "Earnest", que en inglés quiere decir franco, honesto, honesto, fiel, sincero, por lo que ha bautizado al personaje como Frank (franc significa franco en catalán).

Respetando los gags y citas brillantes de Wilde, al estilo de "amarse a uno mismo es el comienzo de una aventura amorosa que dura toda la vida", Campillo ha adecuado la obra al ritmo del público de hoy y la ha dejado en ochenta minutos de duración.

El director comparte escenario en su papel de John Worthing con Miguel Agell en el de Algernon Moncrieff, Ferran Castell en el doble rol de criado y de Lady Bracknell, además de Clara Galí, Montse Sagués, Laura Sancho y Manel Solàs.

Todos ellos en un escenario abierto, sin cuarta pared, con una escenografía que sube y baja accionado por cuerdas, como una representación de marionetas, teatro dentro del teatro y símil de apariencias y de falsas identidades.

En ese escenario conceptual de un jardín y una casa transcurre la historia de un joven adinerado que se relaciona con la alta sociedad de Londres y lleva una doble vida, tienen un amigo bala perdida y cada uno por su lado se hace pasar por Frank y con ese nombre falso llegan a sus enamoradas.

Ferran Castell se viste de mujer victoriana con sombrero, peluca y estola para recrear a Lady Bracknell, un personaje muy autoritario, pragmático y duro, pero intenta "no pasarse de vueltas" con su caracterización de mujer.

Es una obra muy de autor que tiene la intención de trivializar las cosas de la vida y a las cosas triviales darles importancia, y en la que se apuesta por el trabajo de los actores, ha dicho Castells, cuyo personaje en escena suelta una de las contundentes sentencias de Wilde: "ninguna mujer debería decir su edad real. Una mujer que dice esto es capaz de decir cualquier cosa".

Fuente: www.lavanguardia.es

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