La Biblia en versión ‘poligonera’


Si la Biblia hubiera sido interpretada en la cultura poligonera, contada por una choni de barrio cualquiera, podría haber dado lugar a frases como: “Mi nombre es Mónica, más conocida por ustedes, meros mortales, como Santa Mónica". Sí, eso es, SANTA, algo así como: “Será mejor que no me toques el coño porque te dejo hecho mierda, porque soy una santa y porque tengo unas santas conexiones de la hostia” ¿Vale? ¿Estamos? Mucha gente pasa de estar conmigo porque dicen que soy una coñazo… ¡Que les follen!… Si no hubiera sido una coñazo, nunca hubiera llegado a ser Santa, y la Iglesia nunca habría tenido un Padre de la Iglesia llamado San Agustín, porque yo parí a ese hijoputa”. No es exactamente una Juani la que se expresa así, sino María Morales, en el papel de Santa Mónica, una de las actrices que trabaja en Los últimos días de Judas Iscariote, la función que se presenta ahora en las Naves del Español (del 21 de marzo al 8 de abril). Se trata de un texto del guionista, actor y director Stephen Adly Guirgis, codirector artístico de la New York City's LAByrinth Theater Company. Que fue dirigido y puesto en escena por primera vez en 2005 en The Public Theater de Nueva York por uno de los grandes actores de nuestro tiempo: Philip Seymour Hoffman (Magnolia, 25th Hour, Truman Capote,La familia Savage…). Entonces, fue considerada una de las diez mejores obras del año por la revista Time. Y ahora, ha sido fielmente traducida al castellano, por primera vez, por el actor Adán Black, director de este montaje y también director de la sala de teatro madrileña Theatre for the people, en pleno corazón de Malasaña, donde empezó esta cruzada con Judas hace dos años y medio.

El resultado es una lectura bíblica con mucho rock and roll. Imagine un juicio a Judas en el que el alguacil presenta los casos con una guitarra eléctrica versionando a los Stones. Imagine una interpretación del texto sacro tan irreverente como hilarante, que habla del Monte de los Olivos como un restaurante en el que tienen un aceite de oliva espléndido; y que presenta a un Satán que viene de pegarse una fiesta con una resaca de tal calibre que casi no puede aguantar su clase de pilates matutina. Se trata de una obra que, tras esa fachada canalla, tras ese lenguaje arrabalero de jergas, expresiones e insultos callejeros, plantea una de las grandes preguntas de la Humanidad acerca de la existencia de Dios con una estructura similar a la de los diálogos platónicos, en los que Sócrates interpelaba a sus discípulos desarrollando esa técnica dialéctica, pregunta-respuesta, conocida como mayéutica. Aquí, en lugar de Sócrates, está el juez Littlefield (Joaquín Abad). Y, en lugar de los discípulos, una serie de testigos que van desde la Madre Teresa de Calcuta (Inma Cuevas) hasta Sigmund Freud (María Morales), pasando por Matías de Galilea (Álex Molero) o Poncio Pilato (Eleazar Ortiz). Y todo ocurre en Esperanza, un distrito de Purgatorio, en lugar de en la antigua Atenas.

La función, con diez actores y un equipo técnico comprometido hasta el "gratis total”, ha llegado a las Naves del Español gracias al boca a boca del público y de “gentes de la profesión artística” como el director teatral José Carlos Plaza (“Constituye uno de los mejores momentos teatrales que he tenido la suerte de ver en muchos años”), el actor Miguel Ángel Solá (“Arriesgado, feroz, agrio, divertido”), el director de cine Jaime Chavarri (“En mucho tiempo no he visto en Madrid un espectáculo tan extraordinario”), la dramaturga Yolanda García Serrano (“Se agradece asistir a una obra donde el texto, los personajes, los actores y la puesta en escena ofrecen una inmersión en la inteligencia del espectador”)… que quedaron fascinados ante este montaje surgido de las tripas del llamado teatro alternativo madrileño.

Los últimos días de Judas Iscariote. Naves del Español. Sala 1. Del 21 al 8 de abril. 22 euros (martes y miércoles, 16 euros).

Fuente: Patricia Ortega Dolz (www.elapis.com)

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