La calle, el mejor escenario

Qué grata sorpresa toparse en pleno paseo estival con un pedazo de arte, cualquiera que sea la apariencia que adopte. Dentro del programa Danza en Plaza de España, organizado por la sala Cuarta Pared para los Veranos de la Villa madrileños, el céntrico enclave se viste estos días, el 4 y 5 de julio, de escenario de uno de esos mágicos hallazgos, al menos para los desprevenidos. Para quienes lean estas líneas, el sobresalto queda descartado, aunque no así el placer de la experiencia de poder disfrutar, en el refrescante tránsito del día a la noche -a partir de las 20.00- de cuatro espectáculos de danza gratuitos de alrededor de 20 minutos cada uno, interpretados por las compañíasProvisional Danza, Mariantònia Oliver, Proyecto d_ruses y Ertza Dantza. Estas dos jornadas sirven además de preludio de Fringe Madrid, un festival que tendrá lugar en agosto en el Centro Cultural Conde Duque, centrado en las artes escénicas.

Provisional Danza, la compañía madrileña de la premio Nacional de Danza de 2007 Carmen Werner, que ha organizado el encuentro mano a mano con la Cuarta Pared, presenta la pieza Pets, creada por el bailarín Javier Sanglós hace ya varios años. “Ahora que la he retomado para hacerla con un compañero, Ricardo Santana, ha cobrado una vida nueva”, explica. Con un mensaje que remite a esas relaciones guardadas en una caja espaciotemporal en la que todo pequeño gesto cuenta, Pets se vale de solo dos intérpretes para dejar volar la danza libre en la calle. “Esto te proporciona otro contacto con la gente, por eso este tipo de propuestas son más cercanas y espontáneas, no tan largas ni tan dramáticas”.

Cîteaux, la aportación de los aragoneses d_ruses, vuelve la mirada a casa, al suntuoso monasterio cisterciense de Rueda, en Zaragoza. “Habla de lo que supuso la desamortización. Se refiere al vacío, la limpieza, lo estructural, el declive”, señala Jordi Vilaseca. Con un formato de dúo, la pieza es una mezcla de breakdance y danza contemporánea. Una mezcla que tiene todas las papeletas de atraer la atención de los viandantes. “El mejor público es el que no tiene ni idea de lo que va a ver, porque está abierto a recibir sensaciones”, dice Vilaseca.

Para la mallorquina Mariantònia Oliver, la calle, encuadre de “tantísimas cosas”, proporciona también un respiro frente al encierro en la sala. “Hay gente que viene 20 minutos antes para sentarse y otros que se encuentran con el espectáculo empezado, y a ellos también hay que tenerlos en cuenta a la hora de prepararlo”. Su propuesta, Petita Lula, es una pieza con la que llevan girando cuatro años. Un transportista rodeado de cajas va destapándolas poco a poco para descubrir lo que guardan dentro: una pequeña casa habitada por tres mujeres. “Es una pieza de entretenimiento, para todos los públicos, que trata sobre la convivencia”.

Los vascos Ertza desembarcan en Madrid con un híbrido de danza tradicional de su tierra y contemporánea. “La idea surge del deseo de querer extender un puente que comunique la tradición con la modernidad”, indica Asier Zabaleta, el director y coreógrafo. Yo nací mañana, pergeñada por Zabaleta, existe ya desde hace varios años como una de las varias propuestas de calle de la compañía. “El contacto con el público es directo ya que estás al mismo nivel, sin escenarios ni cuartas paredes que protejan a ninguno de los dos, y tiene la ventaja de que se puede llegar a un tipo de espectadores que no han ido necesariamente a ver el espectáculo. Por eso, creemos que es un campo en el que no hay que dejar de trabajar para mantener la proximidad."

Fuente: S.H. (www.elpais.com)

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