Un diagnóstico urgente para el teatro


Fuente: Marta Caballero (elcultural.es)

Ha sido un año difícil para el teatro. A él, que cuando arreciaba la crisis en el cine, se vanagloriaba de vivir su mejor momento, le han llegado también los recortes, el golpe mortal de la subida del IVA, la fulminación de subvenciones y la morosidad de los ayuntamientos. Se sigue haciendo mucho teatro en España, especialmente en los focos principales, Madrid y Barcelona, hay una audiencia y hay talento en la nueva generación de dramaturgos, a pesar de la profusión de clásicos anglosajones en la cartelera, pero la crisis del sector empieza a notarse en las tendencias de una escena en la que, atendiendo a la temporada presente, abundan las reposiciones y que arriesga menos ahora.

A pesar de ser una feria orientada al mercado, Mercartes no puede mirar para lado y aprovechará su quinta edición, que arranca este miércoles en Sevilla, para poner todos estos temas sobre la mesa. Durante estos días, varias asociaciones de teatros presentarán un informe sobre los funestos datos del sector, especialmente a partir de la subida del IVA, y buscarán el debate con todos los agentes para redactar un manifiesto común que harán llegar a las administraciones. La unidad en este momento será su baza para hacer frente a una coyuntura que, declaran algunos de los participantes, puede tardar mucho tiempo en mejorar, especialmente si las plegarias para volver al IVA reducido en la cultura no son escuchadas. En mitad de la tormenta, ¿Se está resintiendo la calidad del teatro? ¿Se venderán en esta edición de Mercartes productos destinados a un público mayoritario?

Uno de los participantes en la cita es Daniel Martínez, director de la empresa teatral Focus. En su opinión, el mal momento del teatro está cambiando los parámetros de la producción fundamentalmente en un aspecto: "Ante la bajada de espectadores y la reducción de recursos públicos, hay menos posibilidades de inversión y esto afecta a los formatos. Existe el peligro de la vanalización de los montajes, una elección que sólo es una solución a corto plazo y que produce una erosión tremenda en un sector que tenía un nivel alto". Esta tendencia a lo fácil que se percibe ya en las producciones recientes, vista la abundancia de obras de humor con las que, soluciona el empresario, se pretende buscar el extrañamiento respecto a la situación actual y también la risa. Sin embargo, cree Martínez que el problema grave es que la escena acabe bajando puestos en el lugar que debe ocupar dentro de la culturalización de la ciudadanía. 

"Reponer no es malo si se hace porque la obra en cuestión se retiró con público pendiente, es frecuente en toda Europa, incluso en los grandes teatros públicos europeos, en los que existe el repertorio. No era un uso español y no está mal como recurso, aunque no soluciona nada, salvo que gastas menos en producción. Todas las reposiciones de montajes que tuvieron éxito son positivas. Si se hace un Hamlet nuevo cada dos años no pasa nada, el problema es cuando es exactamente igual al anterior, eso es señal de que algo va mal. La exhibición ha bajado por encima 60 por ciento. Fue bien hasta el ataque tremendo del 31 de agosto, el del IVA", señala Martínez, que apunta a otros males, como la desertización de las programaciones públicas en los teatros de provincias o la morosidad de los Ayuntamientos, a pesar de que todo lo que se debía del pasado año, recuerda, sí se cobró. 

Por su parte, José Luis Rivero, Presidente de la Red de Teatros Nacionales, una de las asociaciones que firmarán el manifiesto, considera que la crisis del sector, como la de toda la economía, está afectando a los escenarios de manera directa pero también al propio tejido productivo de las compañías de teatro, danza y música. "Se han tomado medidas rápidamente sin analizar los factores de riesgo asociados. Los teatros hemos reaccionado para poder ir implementando otras fórmulas: por ejemplo, cambiando la forma de percibir los cachés, haciendo que trabajaran a taquilla... pero en esto llega el problema del IVA que se carga sobre las compañías que trabajan a taquilla. La situación es preocupante. Tenemos que encontrar nuevas vías y a eso está orientado este Mercartes, a mostrar que somos un sector unido, porque es vital para ser una voz autorizada, y a buscar nuevas fórmulas", propone. Sostiene Rivero que por lo reciente de la subida de la tasa aún no se puede ver la incidencia de la medida en el sector, pero sí se observa ya claramente que los niveles de programación han bajado con respecto al semestre anterior de este mismo año. "No es tanto una bajada en la calidad del producto como una reutilización de producciones anteriores ante la imposibilidad de producir algo nuevo. No ha bajado la calidad, pero sí las posibilidades de visibilidad, y eso a su vez hará que disminuya la competitividad en el mercado artístico, también en el extranjero", aporta. 

Rivero, que además dirige el Auditorio de Tenerife, coincide con el director de Focus en la imposición de nuevos géneros relacionados con el gran público, como la magia y la música y también determinados estilos más vinculados a la comedia o de lenguajes de menos riesgo. "Lo que hay que tener en cuenta es una pérdida del poder adquisitivo del ciudadano, que ha visto reducido su acceso a la cultura pero no su confianza en las artes escénicas. No queremos perder lo que se ha construido en años anteriores. Se están tomando medidas que se nos avisan como coyunturales pero que son estructurales y que pueden arrasar todo", protesta Rivero, que además abunda en la importancia de una reunión pronta con la administración.

En cuanto a los autores, también tendrán un papel protagonista en Mercartes, donde se celebrará un encuentro entre dramaturgos y productores. Juan Carlos Rubio, que estrena Razas esta semana en el nuevo Teatro del Arte, es uno de los escritores participantes. A diferencia de otras voces, él cree que sigue existiendo una diversidad de espacios y ofertas y, además, viene observando cómo dentro de ellas el autor contemporáneo español empieza a ocupar más espacio. Aunque es evidente que el riesgo ha menguado, lo que se lleva y lo que se venderá en Mercartes, resume, es lo que se ha llevado siempre: "Las buenas historias que lleven público a las salas". 

Por esta razón insiste en que los productores deben apostar por obras nacionales, porque la personalidad de un país conecta muy bien con sus propias historias, como sucede en las series de televisión, y puede por ello atraer a los espectadores. "Hay obras de aquí como Bajarse al moro, ¡Ay, Carmela! o El método Grönholm que son pelotazos históricos. Los productores van confiando en nosotros. Como autor, siempre he escrito pensando en llenar la sala, como hacía Shakespeare, porque el público es parte imprescindible del hecho teatral. Otra cosa es que escribas sólo pensando en los espectadores y no pienses en tus propias inquietudes, ahí sí hay un riesgo", distingue. 

Sobre Mercartes, destaca Rubio la importancia de la presencia de los autores este año. "Es verdad que el momento es salvaje pero la cultura es un bien intangible que deja un sedimento en un país y como tal hay que valorarla. Por eso la feria no será sólo para el mercado sino para hablar de futuro, de colaboraciones, de públicos... El teatro lleva vivo 25 siglos y seguirá estándolo porque es intrínseco al ser humano. A partir de aquí, habrá que buscar soluciones, cambiar de formatos", concluye.

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