Los cafés-teatro proliferan en Sabadell por la buena salud de su teatro amateur


Fuente: Adriana Roca (lavanguardia.com)

Sabadell es, sin lugar a dudas, una importante cantera teatral. De los distintos escenarios del municipio han salido grandes actores y actrices de la talla de Ramon Madaula, Rosa Renom, Carlota Olcina, Jordi Boixaderes o Mercè Martínez entre muchos otros, que han ayudado a nutrir y dar forma al teatro catalán. La tradición farandulera sabadellense ha sido originalmente dominada por la Joventut de la Faràndula –la primera entidad de teatro infantil que existió en Catalunya– que convive con otras entidades de teatro amateur como el Teatre del Sol, el Teatre del Centre Parroquial Sant Vicenç o el Teatre El Ciervo.

Además, la extensa tradición del municipio se ha visto ampliada recientemente con la proliferación de un nuevo formato, el café teatro, que ha tomado forma con el Espai Àgora Sabadell y la Sala La Bàscula, que aunque tienen dinámicas y programaciones muy distintas, comparten, además de barrio en Sant Oleguer de Sabadell, una filosofía parecida y una gran pasión por el arte escénico.

El Espai Àgora Sabadell está de celebración. Este año cumple 15 años desde que su impulsora, Maria Antònia Cabistany, que procede del mundo de la dinamización cultural y la educación, se lanzó a la piscina e impulsó un proyecto de gestión cultural en el Centre Cívic de Sant Oleguer, un barrio con nula tradición cultural por aquél entonces. Aunque reconoce que los inicios no fueron fáciles, durante estos 15 años el café teatro ha construido una programación estable anual, con más de 30 actividades de teatro, música, literatura y arte que, según Cabistany, “no ha perdido nunca el espíritu originario de las ágoras de la antigua Grecia”. Por esto, se define como un "espacio ecléctico, multicultural, empático y riguroso". Aunque la entidad cultural no recibe ningún tipo de ayuda económica, la organización procura ofrecer una programación muy variada y de calidad para un público de distintas sensibilidades. En este sentido, en el Espai Àgora Sabadell han actuado actores como Marc Vilavella, Jordi Boixaderes y Rosa Renom, entre otros muchos.

Humor y crítica
Además de actuaciones puntuales de compañías profesionales y amateurs, la temporada teatral del Àgora también cuenta con las obras de la compañía Il·lús Teatre, dirigido por el sabadellense Jordi Fité que, desde hace quince años, prepara un espectáculo de cabaret literario anual que el grupo presenta durante los meses de diciembre y enero. Es una representación en formato de gags de humor, con importantes dosis de crítica social que, aunque no sigue una historia sí que cuenta con un hilo argumental y música en directo. La música también es la protagonista del Taller de Teatre Musical, dirigido por Ferran Guiu y formado por aficionados a las artes escénicas con el objetivo de pasar un buen rato y disfrutar haciendo teatro. Cada año a finales de la temporada llevan sobre el escenario del Àgora todo lo que han aprendido mediante la adaptación de un musical. En los diez años de tradición han trabajado con títulos como El Violinista en el Tejado, Chicago, Wicked o De 9 a 5, estas dos últimas previstas para este mayo.

Maria Antònia Cabistany considera que el café teatro es un formato “muy auténtico, que realza la complicidad del actor con el espectador. Por esto la programación debe ser muy sincera, rigurosa y de calidad”. Es consciente de que el espacio que dirige es único y poco usual en la zona, por esto reivindica que “nunca se puede considerar de segunda”.

Antigua nave metalúrgica
La fórmula del café teatro también es la esencia de la sala La Bàscula, inaugurada en enero de 2012. Es un proyecto personal del actor Carles Tricuera, que ha vivido en el mundo del escenario prácticamente desde su nacimiento. Formó parte de la Joventut de la Farándula durante más de 30 años, colabora con el Teatre del Sol, el Teatre del Centre Parroquial Sant Vicenç y ha actuado en Laberint d’Ombres, Plats Bruts o Porca Misèria, de TV3. Tras prejubilarse, decidió abrir una sala teatral, junto con su mujer, para alojar el grupo de teatro Tatxa, una compañía escénica con 40 años de tradición que tiene sus orígenes en el col·legi Bertran de Sabadell y de la que forma parte. La pareja puso grandes esfuerzos para adecuar una antigua nave metalúrgica vacía que pertenecía a la familia de su pareja, en la calle Gorina i Pujol. Con la ayuda de los miembros de Tatxa la adecuaron hasta convertirla en la sede estable de la compañía. De los orígenes tan solo conservan una báscula, que dio nombre a la sala por ser “el último vestigio de la nave”, explica Carles Tricuera.

La Bàscula es una entidad sin ánimo de lucro que programa teatro amateur del grupo Tatxa pero que, a la vez, da cabida a obras de pequeño formato a cargo de otras compañías del municipio y de fuera. El local fue inaugurado en enero de 2012 con una actuación de Toni Albà y, desde entonces, la entidad ha representado, entre otras, el musical Dia i Nit, La Visita d’un Inspector, y El Diari d’Anna Frank, en cartelera hasta el 24 de febrero. También ha alojado un concierto de la Escola Superior de Música de Catalunya (ESMUC), una actuación del mago David Baró o Crim Contra Rellotge, de la compañía sabadellense Encert. Los títulos los elige el director artístico de Tatxa, Antoni Garcia, procurando una alternancia de los géneros teatrales de comedia, drama y musical. “Como director artístico, intento adaptar las obras según el tipo de personas que forman el grupo. Somos teatro amateur y hay ciertas obras que nos vendrían demasiado grandes”, explica.

Como Cabistany, Tricuera también concibe el café teatro como “un formato mucho más atractivo, de proximidad con el público y dónde el actor no es aquél personaje lejano, inalcanzable que está allá arriba en el escenario”. Tricuera explica que tiene la suerte de llenar las 80 sillas de la sala casi cada fin de semana, con lo que “no hace falta hacer publicidad en los medios de comunicación”.

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