SER O NO SER



Por Elisa Díez

Sí cada vez es más difícil ser en este mundo te dediques a lo que te dediques, pero si nos referimos a la cultura ya eres el último mono y para colmo no tienes ni derecho a quejarte porque hay prioridades más importantes. Y el sector ya no puede tener más el agua al cuello, porque la ola está apunto de ahogarle.

Si bien es cierto que hace algo menos de dos meses que me he pasado totalmente al otro lado del espejo, trabajo en el teatro Tantarantana, y el cambio de percepción ha estado significativo, al conocer cómo lo está pasando el sector con cifras incluidas.

Me alegra saber que iniciativas que tuvieron que bajar las persiana hace unos años como por ejemplo el Festival Shakespeare puede volver a alzar el telón este año porque alguién ha invertido dinero y tiempo en que eso sea posible. Pero más allá del gran titular, hay un trasfondo de miseria que compartimos todos, sector teatral y espectadores. 

Me alegra el resurgimiento de este festival y que anuncie a bombo y platillo que el precio de sus entradas será 12€, precios populares dicen. Paren máquinas, seguro que los espectadores les sea más fácil animarse a asistir a algunas de sus pases, ¿pero 12€ pagan a las compañías? Mucho me temo que la burbuja se acaba de desinflar. Por muchas subvenciones que tengan (que seamos realistas en una época donde nadie tiene ni un duro no creo que sea una gran cantidad de dinero), las compañías volverán a trabajar por amor al arte.

Ellas y nosotros tenemos que pagar facturas y la situación del sector teatral está en las últimas, el grito ya no puede contener más desesperación. Los teatros están dejando de producir y pronto dejarán de coproducir. Quedan pocas obras de más de dos personajes y lo único que tira del carro son las nuevas salas pequeñas que ofrecen experiencias, un tipo de teatro diferente a las de las grandes salas y a precios más asequibles. Unos y otros se merecen sobrevivir.

Ahora el TNC está en situación de alerta, el Lliure acaba de ser rescatado, los teatros pequeños están con la soga al cuello campeando las dificultades y tirando de ingenio. ¿Y La culpa quien la tiene? Todos y nadie. En España/Catalunya no nos caracterizamos por cuidar la cultura. Gobierne quien gobierne siempre ha estado un asunto menor. En estos momentos estamos más cercanos a países tercermundistas que a otros países europeos.

La última puñalada a un sector moribundo ha estado la subida del IVA hasta el 21%. Desde entonces estamos más a la deriva que nunca. El bote del mes de mayo está a punto de naufragar y somos más de un millón de personas. El precio de ser o no ser, ¿cuál es? De momento, somos, pero ¿hasta cuándo? Continuará...

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