M.A.R.I.L.U.L.A.


AUTORA: LENA KITSOPOULOU
TRADUCCIÓN: JOAN SELLENT
ADAPTACIÓN: JOAN SELLENT, JOSEP MARIA MESTRES y MÒNICA GLAENZEL
INTERPRETACIÓN: MÒNICA GLAENZEL
DURACIÓN: 75min
SALA JOAN BROSSA (LA SECA)

No esperar nada, para encontrarlo todo. No mostraré ninguna imagen de la obra encabezando la crítica, porque cuanto menos cosas sepáis antes de verla, mejor. La sorpresa está garantizada y seguro que vendrá acompañada de maravillosas opiniones sobre el desarrollo de la trama. Lejos de ser una trama interactiva, como todo monólogo que se precie, los guiños al público son indispensables. Unos espectadores que son partícipes de todo y que respiran el ritmo que la obra les marca.

Según mi opinión, Mònica Graenzel se quedó en nuestras memorias en personajes cómicos y tópicos, pero M.A.R.I.L.U.L.A. consigue despertar todo su potencial y que dejes de ver sus habituales y cómicas gestualidades para presenciar un monólogo a medio camino entre el drama y la comedia (la de sonrisa, no la de carcajada), un monólogo lleno de vida que invita a vivir disfrutando de los pequeños placeres y momentos de la vida.

Subiendo el volumen, la intensidad, el ritmo y con tan sólo breves momentos para respirar, ordenar ideas y tomar aire, la música hace su presencia y nos lleva a recordar historias con Queen o Nino Bravo para devolvernos lentamente a nuestro viaje por Ítaca y Lluís Llach. La vitalidad está presente durante la hora y poco de montaje, pero es en los momentos musicales donde observamos toda su verdad.

Ya les gustaría a muchos ser tan libre en el escenario y en la vida como lo son Mònica Graenzel y su M.A.R.I.L.U.L.A. en escena. Vivir sin preocuparnos de nada más allá de la vida, intentando disfrutar de las pequeñas bellezas, instantes y momentos como el que nos brinda este pequeño gran montaje.

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