Ghana Grand Théâtre


Fuente: María Rodríguez (elmundo.es)
Comienza la obra. Un chico y una chica adolescentes hablan. De repente ella comienza a sentirse mal y le cuenta que está embaraza. Él le responde que aún está en la escuela y que no tiene dinero para criar a un hijo, así que le recomienda que no tenga el bebé y la deja. Ella llora desconsolada al verse en tal situación y se lo cuenta a sus amigas, que le dicen que conocen a un hombre que podría ayudarla. La chica acude en su busca y él, a cambio de una suma de dinero, le da una medicina. Ella comienza a sentirse mal y a sangrar. Acaba en el hospital y muere. Se acaba la obra. Algunos entre el público lloran. "Gracias por seguir la representación", dice Samuel dirigiéndose al público mientras los actores quedan tras él. "Ahora es el momento para que tú hagas un cambio en la historia", prosigue.
Samuel Lamptey es uno de los jóvenes que constituye la ONG ghanesa 'Act for change' (Actuar por el cambio). Una iniciativa que ya tiene más de siete años pero que como organización se constituyó oficialmente en 2011. Nacida en el humilde barrio de James Town, en Accra, la capital de Ghana, de la mano de 15 personas de entre 18 y 35 años de edad, buscaba desde sus primeros años de vida generar cambios entre los diferentes colectivos del barrio en torno a asuntos como la salud sexual y reproductiva, los derechos humanos, el género y las cuestiones de medio ambiente. Y todo a través del teatro.
"La gente no quiere escuchar la palabra aborto, es un tema tabú", explica Samuel. Pero eso no quiere decir que las chicas no quieran abortar. "En Ghana cada día una mujer muere por un aborto y en África, 99, porque aquellas que no quieren tener el bebé se dirigen a gente que no es profesional y luego no pueden volver a quedar embarazadas, acaban teniendo muchas complicaciones o mueren", cuenta Samuel. Con el teatro, 'Act for change' busca acercar estos temas a la gente sin utilizar esas palabras que por motivos culturales aún no quieren escucharse, y menos en público. De este modo, "nadie puede decir que hablamos de aborto sino de problemas que están afectando a la gente".
'Act for change' actúa en cualquier lugar de James Town, en las calles, dirigiéndose a cualquier persona que pase por el lugar o bien quedando con colectivos específicos, ya sean jóvenes, mujeres o pescadores. También van a las escuelas y, en ocasiones, a otros barrios. "La escuela es un lugar idóneo para tratar estos temas", explica Collins Seymah, director de la organización, "allí es donde encuentras a gente con diferentes características y puedes tratar cuestiones que deben comenzar a inculcarse cuando aún son jóvenes". Utilizan el teatro para hablar de homosexualidad y explicar a los muchachos que no puedes reírte de la gente por ser diferente, que hay que respetar a todo el mundo. Les hablan de temas de género, les explican que no sólo la mujer lava, limpia la casa y cuida a los pequeños, sino que cualquier persona, sin importar su sexo, puede y debe hacerlo.
Pero la realidad se da de bruces con los chicos y chicas de 'Act for change'. "Nosotros queremos explicarles que hay que utilizar el condón para evitar los embarazos tempranos y la transmisión de enfermedades sexuales. Sin embargo, las autoridades no te dejan hablar de ello con los jóvenes porque piensan que no son activos y que si comienzas a hablarle de ello les va a picar la curiosidad y van a comenzar a hacerlo", explica Samuel. Es por ello que el tema que suelen tratar en las escuelas es el de la abstinencia porque además, los propios chavales "no se atreven a admitirlo delante del profesor". Pero cuando consiguen que en la charla no haya un profesor delante "descubrimos la realidad que hay detrás y, a través de pequeños grupos de discusión, nos acercamos y hablamos con ellos sobre estos temas".
Linda Armah es otra miembro del equipo de 'Act for change'. Para ella, comenzar a trabajar en esta iniciativa fue también un aprendizaje. "Me gusta hacer esto porque aprendo y ayudo a otros. Antes yo tampoco sabía muchas de estas cosas", cuenta Linda. Si tiene que elegir, para ella el tema fundamental a tratar con las comunidades del barrio son los Derechos Humanos y los derechos de las mujeres porque abarcan todo. "La gente no los conoce, la mayoría no sabe que tiene derecho a ser educada, que tiene derecho a ir a la escuela. Las mujeres que son golpeadas por sus maridos no saben que tienen derecho a decirlo a la policía, pero si les enseñamos que son sus derechos, pueden defenderlos y pueden elegir", explica Linda. 
El teatro se ha convertido en un arma para cambiar las cosas para este grupo de jóvenes del barrio ghanés de James Town. "Siento que el teatro no tiene fronteras, es bueno para todo el mundo, puedes expresar lo que piensas, es un camino para cuestionar a la autoridad, para presionar, para decir qué no está funcionando creando un ambiente para expresar aquello que afecta a la comunidad y que tiene grandes efectos". Así mismo, como explica Linda, "con el teatro te acercas rápido, más que hablando, ellos se ven a sí mismos en las representaciones teatrales". Pero también saben que los cambios no se producen de la noche a la mañana. "Nos esperamos que cuando expliquemos esto la gente cambie de repente, es un proceso gradual", cuenta Collins. 
Tras el triste final de la representación y las palabas de Samuel toca el turno al público. Es el momento de interactuar, de establecer una conversación entre actores y quienes han visualizado la obra. Cada interviniente reflexiona y aporta una idea para que la chica no muera. Gracias al teatro la historia puede cambiar.

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