De autores clásicos y creadores contemporáneos


Fuente: Sergio C. Fanjul (elpais.com)
Durante las próximas semanas se celebran en Madrid dos festivales teatrales con filosofías casi opuestas, pero complementarios. Uno es la primera extensión en la capital del longevo Festival de Teatro Clásico de Mérida (este año celebra su edición número 61) que trae cinco de sus últimas coproducciones a los escenarios madrileños entre el 18 y el 29 de marzo. El segundo es la nueva edición de la muestra de creación escénica Surge Madrid, que presenta estrenos de compañías madrileñas dentro de la nutrida red de salas alternativas de la ciudad. Será del 8 al 26 de abril.
La idea de la extensión del festival de Mérida nace de la voluntad de que sus producciones tengan vida más allá del festival, que el año pasado contó con 123.000 espectadores. “Pretendemos ayudar en concreto a las coproducciones que se hacen con compañías extremeñas, que suelen tener menos facilidades”, dice Jesús Cimarro, director del festival, “Madrid, en plena temporada teatral, es el foco ideal para que vengan programadores y nuevos públicos”.
Aunque el festival ha tenido otras extensiones, como en Regina o en Medellín, Badajoz, donde se realizó en un teatro romano que llevaba la friolera de 18 siglos sin acoger representaciones), es la primera vez que se prueba la experiencia fuera de Extremadura.
La representaciones tendrán lugar en el Teatro de La Latina y en el Teatro Bellas Artes (ambos gestionados por el propio Cimarro) e incluirán montajes que han sido vistos en Mérida durante las dos últimas ediciones. Son el Coriolano de Arán Dramática, el Edipo reyde Teatro del Noctámbulo, Los gemelos adaptada por Florián Recio y dirigida por Paco Carrillo, Pluto, en versión de Emilio Hernández y dirigida por Magüi Mira y El eunuco, en versión de Jordi Sánchez y Pep Anton Gómez, con Pepón Nieto, Anabel Alonso y Alejo Sauras.
Surge Madrid nació el año pasado (tuvo un 60% de ocupación) para poner en valor el efervescente ecosistema creativo de la capital tanto en cuestión de espacios como de compañías.
Bajo la coordinación de Alberto García y Natalia Ortega, dentro de sus 199 actividades incluye 49 estrenos en 20 salas y la novedad de las actividades transversas de curioso nombre como son las tertulias clandestinas, las verbenas espontáneas, los paseos dominicales o las performances irreverentes. “Queremos visibilizar este fenómeno único que es seña de identidad de la ciudad y muestra de su talento, pujanza y agitación”, dice Amado Ignacio Giménez, director general de Artes Escénicas, Música y Audiovisual de la Comunidad de Madrid, que organiza la muestra.
Algunos espectáculos destacados son Ternura negra (La pasión de María Estuardo) de Denise Despeyroux, Yo, Bukowski, de Miguel Morillo, La mirada del otro, de Proyecto 43-2, Reflexiones de una disléxica, de Inés Narváez Arróspide o Simplemente camina, de Provisional Danza, entre muchos otros.
En su primer año la muestra fue objeto de polémica. Algunas salas —como Kubik Fabrik, Pradillo, Cuarta Pared o La Casa de la Portera— denunciaron aspectos como el intento por parte de la Comunidad de capitalizar la escena alternativa, el interés en la cantidad más que en la calidad o la institucionalización de la precariedad en el mundo del teatro.
A este respecto, el presupuesto para salas y cachés ha subido este año hasta los 200.000 euros y el reparto de la asignaciones económicas ha cambiado: además de tener en cuenta las butacas por sala, se han introducido correctores que liman las diferencias entre salas con mayor y menor aforo, que premian a las obras creadas en residencia o a los géneros poco programados como la danza o la música.
El número de espectáculos también se ha restringido, se programará solo de jueves a domingo (con la excepción de las salas que habitualmente lo hagan los miércoles) y el festival tendrá lugar en abril en vez de en mayo, con el fin de atraer al mayor número de espectadores.

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