Pérez de la Fuente: "Siempre fuimos injustos con Cervantes"


Fuente: Esther Alvarado (elmundo.es)

Juan Carlos Pérez de la Fuente camina a toda prisa dando instrucciones, de un extremo a otro del escenario de la sala 1 de Matadero. Prepara el pase gráfico de 'Pingüinas', el estreno del año en el Teatro Español, que también dirige. La alfombra roja se colocará el 29 de abril, pero la primera representación será el 23, coincidiendo con el Día del Libro y como homenaje a los 400 años de la publicación de la segunda parte del 'Quijote' y también a los 400 de la inauguración del entonces Corral del Príncipe. 

Son muchas efemérides y, además, es la primera decisión artística que puede llamar enteramente 'suya' desde que tomó las riendas del Teatro Español. Decisión, como mínimo, valiente: pedirle un texto nuevo e inédito a Fernando Arrabal, el gurú de la patafísica. Con todo lo que ello significa...

Hablamos del texto y del subtexto y de lo difícil que ha sido para él trasladarlo a una puesta en escena con 10 mujeres, un hombre, 10 motos, el fuselaje de una nave voladora y siete gallinas.

Este texto, como casi todo Arrabal, es deliberadamente críptico.

Yo creo que lo hacen a propósito. Los autores se vuelven muy crípticos. Se lo decía a Paco Nieva también cuando hice con él 'Pelo de tormenta': "Paco, parece que queréis ocultárselo al público", y mi obligación es transportar texto al espectador. Sabiendo que en el público habrá unos cuantos a los que les interese Arrabal, pero a mí no me interesa eso; me interesa que venga la gente a la que le gusta el teatro, porque esto es una obra de teatro.

¿Por qué Arrabal?

Uno de los grandes hallazgos, después de 'Carta de amor', en Arrabal es la emocionalidad. La emoción, si no cuentas con ella, lo que te queda es un texto caótico. 

¿Acertó con el encargo?

¿Sabes? A las gentes del teatro nos faltaba una obra libre como ésta sobre el 'Quijote'. Y me he dado cuenta de que no me equivoqué y que el encargo que le hice a Arrabal estaba bien. Fue una corazonada. No había leído muchos de los ensayos de Arrabal sobre Cervantes, pero le ha ido como anillo al dedo. Sólo le di una indicación: que Sancho y Quijote fueran mujeres. Y al final ha salido esto.

¿Qué pretende contar?

Lo que al público le va a llegar es muchísimo más de lo que crees. Es la historia de unas mujeres del siglo XVII, las 'Cervantas', trasladadas al siglo XXI. Las protagonistas son 10 mujeres que conformaron el universo femenino de Cervantes, no sus personajes; su familia. Las 'Cervantas' fueron famosísimas en el Madrid del XVII: mujeres de armas tomar, mujeres libres, mujeres que en un mundo de analfabetos sabían leer y escribir y, aunque eran costureras, eran unos auténticos cerebros. Hasta tal punto que, una vez que te adentras en su universo, llegas a entender mejor a Cervantes. 

¿Cervantes en femenino?

Las 'Cervantas', sin haber movimientos feministas, eran absolutamente descaradas; por momentos podían ser putas o santas. En la obra, les han prometido ir a la luna; se lo ha prometido la televisión. Esa mezcla de escenas muy costumbristas con escenas muy filosóficas... ha hecho una textura emocional alucinante.

Y luego está Miho.

Es el trasunto de Miguel de Cervantes. Es como el dios de estas mujeres. No habla porque era tartamudo.

¿Qué peculiaridades tienen estos personajes?

Cervantes era una gran persona, pero sus personajes están a ras de suelo. En las obras de Lope o Calderón, los personajes siempre acaban casados o con un final conveniente. En las de Cervantes no. Aquí todas son lesbianas. Yo creo que aquí Arrabal introduce un tema muy interesante que está más allá del sexo. Éstas son mujeres que han vivido la vida en plenitud y ya no necesitan al hombre; se creen mujeres perfectas y se casan entre ellas, en parejas o en tríos. Las tres protagonistas son la hermana, Luisa de Belén; Constanza, la sobrina y la abuela, Torreblanca.

¿Y sus actrices?

Salvo Ana Torrent, todas salieron de las pruebas a las que se presentaron 1.400 mujeres. Me dio miedo este reparto porque pensé: "Si las actrices son como los personajes, un día se rebelan contra mí y me matan". Hacía falta gente muy trabajadora que no se diera nunca por vencida. Hemos construido personajes desde un sitio en el que nunca se había hecho. Ha sido muy duro, pero muy satisfactorio.

¿Cómo es la puesta en escena?

Pocas veces en mi vida me he enfrentado a un espectáculo tan complejo. Estrenamos con ella la sala Fernando Arrabal. Tenemos 10 motos tuneadas, una estructura vertical, siete gallinas y un gallo... Se va acercando la fecha del estreno y a veces pienso qué locura es ésta. Hay una última verdad: a veces crees que lo sabes todo de la obra y te llevas una sorpresa. Yo creo que es un espectáculo del siglo XXI, dialogando con el siglo XVII, que nos habla de la grandeza de este hombre.

No fue el mejor autor de teatro de su época.

No nos hemos portado bien con Cervantes. Incluso ahora, que nos peleamos por sus huesos.

Ésta es la obra con la que celebra 400 años del Español.

Y una nueva etapa. Echando una ojeada a los teatros públicos españoles desde la llegada de la democracia te diré que ningún compañero mío ha tenido la valentía de iniciar una etapa así con un texto nuevo, de un autor vivo y en una celebración. Aquí se corren muchos riesgos y estoy orgulloso de correrlos, pase lo que pase. Creo que hacía falta. Y el día del estreno os guardo una sorpresa: quiero que salgan a saludar los científicos que buscaron los restos de Cervantes.

¿Por qué?

Por causalidad. En una reunión con Madrid Destino, me dijo el concejal: "Te voy a dar una sorpresa". Me llevó al convento de las Trinitarias, me dejaron unos guantes y me dijeron que Cervantes podía ser aquella calavera. Hasta lloré y entonces me di cuenta de que era 27 de febrero, justo el aniversario de la publicación de la segunda parte del 'Quijote'. Así que les invité a venir aquí el día del estreno porque yo creo que es bonito que nos unamos la gente de la ciencia y de la cultura en honor a Cervantes. En esta obra se habla mucho de conceptos filosóficos y cuánticos y lo mejor es que al final la obra te habla de la espiritualidad, del amor. 

¿Le gustaría esta obra a don Miguel?

Ahora estoy tan metido en esto que yo creo que se sentiría muy orgulloso porque sus mujeres eran maravillosamente libres en una España compleja y gracias a ellas cada vez me llega más la bondad de Cervantes. Hubiera podido ser un revolucionario si le hubiera dado la gana, motivos tuvo, y sin embargo nunca guardaba rencor ni odio. En un mundo en el que todo pasa por revoluciones ya conocidas ya sabemos que en un mundo que no pase por el encuentro con la parte más hermosa del ser humano que no sea el amor y la libertad.

¿Esta es la obra más difícil que ha hecho?

Sí, incluso más que 'Pelo de tormenta', porque aquella tenía más materia y maquinaria teatral. Arrabal no ha dado ninguna indicación y eso no está mal. Si no hubiera dirigido tantas veces a Arrabal esto sería imposible. El teatro psicologista ha triunfado en el mundo, pero tenemos que olvidarnos de eso. Estos personajes están hechos de mucho material de derribo que, cuando unes las piezas, te va a dar España por los cuatro costados. Algunas personas, viéndome dirigir, me preguntan: ¿tú no te drogarás, no? Y es que aquí está el sueño y la vigilia, el amor y el dolor, el éxtasis...Esta función no va a dejar indiferente a nadie. ¿Le asustan los detractores?No. La obra da trastazos a diestro y siniestro. Y, al ser así, corres muchos riesgos; eso es de lo que se trata. Este es el teatro que me gusta, teatro de ceremonias, teatro español hasta la médula. España es un patio de vecinos a mitad de camino entre un prostíbulo y una iglesia donde pueden suceder auténticos milagros.

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