LA NIT DE LA MOLLY BLOOM


a partir del texto de JAMES JOYCE
versión escénica de JOSÉ SANCHÍS SINISTERRA
adaptación, traducción y dirección ARTUR TRIAS
intérpretes ÀNGELS BASSAS y JEP BARCELÓ
duración 70min
fotografías PABLO FERREIRA
producción JELOUDI y BOHEMIA'S
SALA MUNTANER

Una imponente cama nos espera en la Sala Muntaner, en ella descansa la protagonista de esta obra junto a su marido. Una noche de pensamientos, de desvelos, de confidencias, de secretos, de verdades nunca dichas. Un noche resumida en poco más de una hora. Silencio sepulcral en la sala. Intérpretes en escena. Empieza el monólogo.

La nit de la Molly Bloom adolece de la época en la que está escrito. Quizás estos anhelos, confesiones, recuerdos, fantasías y sueños en su día sorprendieron al público mientras que hoy pasan por nuestros oídos como algo de lo más convencional.



Y es esta convención la que lastra todo el montaje. Arturo Trias ha optado por la sobriedad en escena, un conservadurismo escénico que acaba por pasarle factura. El poder de la palabra no es suficiente para mantener al público en vilo. Se echa de menos un espacio sonoro más allá de la simple presencia del tren que Daniel Seoane no ha conseguido exteriorizar. Y quizás entre tanto sueño, la opción audiovisual de fondo hubiera sido un complemento ideal para cambiar el ritmo monótono en el que acaba cayendo el montaje.

Artur Trias, encargado también de diseñador el espacio, no se ha sabido acoplar a las características técnicas de la sala. Las dimensiones de la cama, sumadas a la alzada del escenario y la disposición de la platea hace que la mayoría de los espectadores se pierdan la función porque no logran ver la cara de la actriz. Grave error no pensar que todos los espectadores tienen el mismo derecho a ver en igualdad de condiciones la obra, independientemente de dónde elijan sentarse. 

La sensación de falta de visibilidad se acrecienta por momentos, con un diseño de iluminación de Ignasi Camprodón que no consigue paliar las deficiencias de la puesta en escena y que añade más sombras a la producción.



Protagonismo absoluto para Àngels Bassas que, sin duda, es lo mejor del montaje. Su interpretación resulta más que notable, teniendo en cuenta que al texto le sobran años y le falta una más que necesaria actualización para quitarle alguna que otra frase que cae en la superficialidad y todos y cada uno de los clichés.

No todas las noches son igualmente afortunadas y en una semana donde la voz femenina se ha acabado imponiendo por encima de la masculina, no es fácil de digerir que un montaje siga cayendo en los mismos tópicos de siempre. Una lástima.

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