MUDA



autoria PABLO MESSIEZ
traducción MARC ARTIGAU
dirección MERCÈ VILA GODOY
interpretación MARIA LANAU, JORDI RICO y GLÒRIA SIRVENT
duración 70min
fotografías DAVID RUANO
producción GREC 2018 FESTIVAL DE BARCELONA, ESCENA NACIONAL D'ANDORRA y LA BANDA
TEATRE AKADÈMIA

Llevo un pedacito de Muda en mí, dos meses después de asistir, de manera privilegiada a su primera mesa de lectura de texto y posteriormente a dos ensayos más, ver el espectáculo montado en sala me ha dejado satisfecha y melancólica a la vez. 

He vivido las dificultades de interpretar un personaje de Pablo Messiez con mis propios ojos. Pero cuanto más difícil es el objetivo, la recompensa de conseguirlo es más satisfactoria.





Muda es la historia (o historias) de tres vecinos del mismo bloque. Todo empieza cuando una nueva vecina, Anna interpretada por Glòria Sirvent se traslada al edificio. La recibe el conserje, Valentí (Jordi Rico), un inmigrante al que le acaban de dejar y que ve el futuro muy negro y con unos grados de etanol de más. La propietaria del piso, Florencia (Maria Lanau), es una mujer de mediana edad, alocada a más no poder y con ciertas singularidades.

No he querido volver a ver en estos meses el montaje original de Messiez, he preferido dejarme sorprender por la propuesta de Mercè Vila Godoy que le ha dado mucha luz al texto, no sólo por una dirección enfocada más al sentimiento, a la piel, a la humanidad de los personajes, con un toque marcado de comedia y dejando que las sombras aparecieran lo justo.



De esta manera, los actores han encontrado un equilibrio perfecto de interpretaciones. Los soliloquios de Jordi Rico encuentran la mirada cómplice en los ojos de Glòria Sirvent. Es impresionante ver y notar la química entre los dos personajes. Eso es magia. Valentí es un personaje con gran recorrido, difícil de interpretar, de encontrar el tono, pero amable para el espectador que conecta desde el minuto uno. Rico ha sabido modularlo y le ha quedado un "tapizado original" muy atrayente y lleno de matices

En esta luz que comentaba anteriormente tiene mucho que ver la interpretación y la caracterización de Florencia por Maria Lanau. Su verborrea constante, en forma de monólogo que dispara flechas sin parar y su persistente manera por agradar (como personaje) consigue meterse al público en el bolsillo. Pero el vestuario colorista de Laura García es como si la hubiese reencarnado en la Maria Barranco de la almodovariana Mujeres al borde de una ataque de nervios. Es un personaje que quizás, en un primer momento, puedas pensar en odiar, pero su toque de humanidad extrema, acaba por derrotarte y consigues empatizar al mismo tiempo que te provoca una gran risotada.¡Pon una Florencia en tu vida! 

El gran tour de force lo tenía el personaje principal Anna, alias la Muda, ¿cómo dibujar un personaje que no habla, que escucha el torrente de discurso y palabrerío que le suelta los otros dos personajes? Sólo había visto actuar una vez a Glòria Sirvent, era casi una desconocida para mí. Y es sin duda la gran revelación de este montaje. Me he quedado abducida por su manera de interpretar, sus gestos, sus movimientos, nunca en tanto silencio se dijo tanto.



Reconozco el más que complicado trabajo de traducción de Marc Artigau de un texto como el de Messiez. Y la verdad es que el resultado suena bien, muy bien. Y hablando de sonidos, me declaro fan de la banda sonora del Dani Nel·lo me ha transportado al mundo del cómic, dándole una aire de Rue Percebe en miniatura, ya que la escenografía diseñada por Laura Clos (Closca) deja todo a la vista del espectador.

Si has llegado hasta aquí y todavía dudas si ir o no a verla, corre al Akademia. De momento sólo estarán hasta el 8 de julio pero esta Muda se merece quedarse sin voz (encima de un escenario) una buena y larga temporada. Gracias! 

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