PARADISOS OCEÀNICS


autoria AURORA BERTRANA
adaptación y dramaturgia JOSEP M. FONALLERAS
dirección MÒNICA BOFILL
interpretación MERCÈ ARÀNGEGA y PAULA BLANCO
duración 60min
fotografia SÍLVIA POCH
producción  GREC FESTIVAL DE BARCELONA, BITÒ y TEATRE AKADÈMIA
TEATRE AKADÈMIA

Aurora Bertrana está considerada como uno de los primeros ejemplos de la moderna literatura de viajes escrita en catalán. Sus Paradisos Oceànics recopilan una serie de crónicas cortas que describen su viaje a la Polinesia francesa, acompañando a su marido, "Monsieur Choffat", tal como ella lo denomina. Mientras llegamos a la otra punta del Globo, Aurora nos explica su vida, desde una perspectiva feminista, con una visión del mundo que la rodea, y que está en decadencia (la descolonización) y una gran meta que es sobrevivir.

En la adaptación de Josep M. Fonalleras, Aurora se divide en dos, una muy buena decisión de partida ya que estamos delante de una dramaturgia eminentemente narrativa y la división de voces hace ganar dinamismo, le aporta un tiempo más rápido a la acción y pone el acento en el humor. Fonalleras respeta la sonoridad de la obra, es una adaptación muy literaria que provoca que la dicción esté a la altura de las acciones. El espectador viaja mecido en las palabras.

La puesta en escena aunque minimalista de origen, destapa los mundos que se nos describen en el texto. Laura Clos (Closca) vuelve a hacer posible que en dos paneles blancos veamos la vegetación de la Polinesia, sin recurrir en ningún caso al elemento más fácil, las proyecciones. Al mismo tiempo que destapamos la vida de Aurora, la escenografía nos traslada a cada uno de los escenarios de la misma.
El diseño de iluminación de David Bofarull (a.a.i) y el espacio sonoro de Ramón Ciércoles completan la belleza estética y el buen gusto con el que ha sido llevada la obra a escena.

No se me ocurre mejor reparto para estos Paradisos Oceànics que Mercè Arànega y Paula Blanco. La complicidad de ambas Auroras en escena es brutal. Hacía mucho que no veía una compenetración igual encima de un escenario. La obra fluye porque todos los elementos suenan en la misma nota, pero sus intérpretes están sensacionales. Y al menos desde platea se nota que se divierten.

Mònica Bofill es sinónimo de un teatro de proximidad con mensaje (Incògnit, Barbes de Balena o La Benvinguda). Sólo nos cabe esperar que el viaje no acabe en el Grec y durante la temporada más espectadores puedan verse invitados a este precioso y apetecible viaje.

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